El frontal de los vehículos Peugeot ha ido recogiendo las distintas tendencias en materia de diseño y son el reflejo de sus 200 años de vida
El Nuevo 508, el último lanzamiento de la Marca, da un nuevo paso adelante en lo relativo a su imagen e inaugura una etapa en la que confluyen los códigos estéticos actuales de Peugeot y la tradición
El frontal es uno de los elementos con mayor peso en el diseño de un automóvil ya que suele ser el primer punto de contacto visual. En Peugeot, esta zona está inspirada en el concepto felino. Mirar de frente un vehículo Peugeot es hacerlo a un león. La calandra, los cromados, los faros, el emblema… Ésta ha sido su evolución en Peugeot a lo largo de sus 200 años de historia:
Antes de que los Peugeot fuesen bautizados con número, sus vehículos eran conocidos como “Type”. Y dentro de esta protoserie, el Quadrilette fue un modelo icónico. Así se conoció de forma popular a los vehículos Peugeot que existieron entre 1921 y 1924, como el Type 161 y el Type 172.
El frontal de los Quadrilette era eminentemente vertical, debido en especial a su rejilla. Coronando la calandra se encontraba el apellido ‘Peugeot’ en una forma primigenia de lo que acabaría siendo la tipografía del mismo nombre. Esta calandra estaba protegida por un cromado, abovedado en su parte superior, que suavizaba el conjunto. Y a los dos lados, como guardianes, los faros circulares. Esta combinación, junto a los neumáticos de la época y los pasos de rueda, estilizaban la impresión visual que transmitía el Quadrilette.
Pasó el tiempo y llegó el primero Peugeot ‘numerado’: el 201. Además de dejar un legado que hoy aún se mantiene, supuso el primer éxito industrial de la Marca. Su silueta todavía recordaba al de los Type pero empezaba a adivinar por donde caminaría el automóvil en los próximos años. En este modelo, la insignia incorporaba la referencia explícita a su nombre incluyéndolo debajo de ‘Peugeot’ –una solución que veremos en el futuro con el Peugeot 601, por ejemplo–, nombre que se duplicaba también en el ‘techo’ de la calandra.
Durante la década de los años 30 y 40, las líneas de estilo de los modelos Peugeot evolucionan progresivamente pero con rasgos comunes. Diferentes todos ellos, los frontales de vehículos como el Peugeot 301, 601, 401, 402 o 202 mantenían la filosofía de los años iniciales: verticalidad y estilización.
El primer gran punto de inflexión llega con el Peugeot 203. Aparece en 1948 para iniciar la época de los frontales horizontales. En este caso, la calandra ocupaba la práctica totalidad del ancho de vía y reposaba sobre un paragolpes cromado. Por encima de ella aparece una novedosa insignia con forma de T y el nombre del modelo escrito en vertical: una solución que había sido utilizada, por ejemplo, en el 202. Ya sobre el capó, reposa una insignia con el logo de Peugeot similar al contemporáneo, en la que el león adopta la posición que todavía hoy se mantiene: apoyado sobre las dos patas traseras.
Con adaptaciones, lo siguientes modelos mantendrían esta tendencia. El 404 incluía la insignia del león en el centro de su calandra; el 403 era más minimalista y reducía el número de rejillas; el 204 presentaba este elemento con un motivo ajedrezado de clara inspiración en las banderas de cuadros de las carreras de motor.
El siguiente gran salto cualitativo lo trajo el Peugeot 504. Fue presentado en 1968 y de su diseño se encargaron dos equipos completamente distintos: por un lado el mítico Pininfarina y, por el otro, Paul Bouvot. La dirección general de aquel momento eligió las líneas generales del proyecto del carrocero italiano, pero para el frontal Bouvot arrasa. Había propuesto una cara marcada por faros trapezoidales de gran tamaño que flanqueaban una calandra formada por rejillas cromadas y con un nuevo logo del león. La anécdota cuenta que Sergio Farina, al observar el resultado final, exclamó “son los ojos de Sophia Loren”. Este sobrenombre pasó a la historia y cobra especial relevancia con la silueta coupe de este modelo.
Este 504 inicia la era contemporánea del diseño Peugeot y los sucesivos herederos presentan rasgos comunes, lo que tiene su reflejo en una línea continuista en cuanto a sus frontales: Peugeot 304, 104, 604, 305 o 505. Con esta oferta, Peugeot enriquece su gama con opciones de producto en numerosos segmentos pero todos con una identidad visual común.
En el año 1983, Peugeot alumbra el mito: el 205. Con este modelo, la Marca –aunque ya comercializaba vehículos en el segmento como el 104– pasó de ser un fabricante asociado a las grandes berlinas para ser un constructor universal. El ‘culpable’ fue un utilitario del gusto de todo tipo de clientela. Y este espíritu democrático también vino por su diseño y, cómo no, por su frontal.
En este caso, el 205 era más moderno y eso partía de este elemento. Los faros seguían siendo trapezoidales pero más sencillos, inspirados en las tendencias de diseño de la década de los 80. La calandra se mimetiza con el resto de la carrocería y forma parte de ella. Las escasas diferencias aparec%