A partir del próximo 1 de noviembre, entrará en vigor en la Unión Europea la nueva etiqueta ecológica que especificará las cualidades de cada tipo de neumático en cuanto a consumo de energía, indicando la resistencia a la rodadura, distancias de frenado en mojado y confort acústico (generación exterior de ruido de rodaje).
Esta iniciativa, siempre apoyada por Michelin, ha requerido de un laborioso proceso de definición hasta materializarse en 2009 mediante el reglamento EU 1.222/2009, para avanzar en la buena dirección ecológica facilitando al conductor una guía clara del impacto real en el entorno de los neumáticos de su coche y ayudándole a tomar la decisión más adecuada de compra.
En la etiqueta, se aplica una tabla comparativa que recoge básicamente dos criterios: el de economía de combustible (mediante su índice de resistencia a la rodadura) y el de seguridad (mediante la distancia de detención en una frenada de emergencia), al que se añade de forma secundaria el ruido generado por su rodaje. Estos tres criterios se recogen gráficamente en la etiqueta, mediante el consabido código de barras horizontales del verde al rojo (de la A a la G) en los dos primeros donde se refleja la resistencia del neumático al rodaje y el agarre sobre mojado en frenada de emergencia, y con indicación en decibelios (dB) de la emisión de ruido ambiental en el tercero.
Esta etiqueta ecológica afectará a todos los neumáticos normales de verano, quedando exentos de su obligatoriedad los neumáticos recauchutados, de invierno con clavos, los M+S “off road”, los de coches clásicos y de colección y los de competición. El calendario de su introducción pasa por la comunicación oficial de resultados (y su comprobación) hasta el 30 de mayo, el comienzo de fabricación con el marcaje obligatorio de la etiqueta (desde el 1 de julio) y la información obligatoria para su comercialización (desde el 1 de noviembre).
Los límites para la homologación y venta de los neumáticos reconocidos, según orden CE 661/2009, imponen el fin de la misma para los neumáticos menos eficientes (categorías F y G), que desde el 1 de noviembre de 2016 (F) y el 1 de noviembre de 2012 (G) no serán ya aceptados, ni tampoco vendidos desde el 1/11/2014 (G) y el 1/11/2018 (F). La gama de ahorro energético que supone el margen de los 7 niveles reconocidos (del A al G) supone medio litro cada 100 km, o sea un 7,5%, atendiendo esta clasificación para turismos (C1) según su eficiencia energética al índice CRR (Coeficiente de Resistencia a la Rodadura), medidos en kg/t (kilos por tonelada).
En cuanto a frenada en mojado (índice de seguridad) se mide a través del índice G, que entre los siete niveles admitidos (del A al G) permite una diferencia de hasta el 30% en la distancia de detención (unos 18 metros). Aquí el valor por encima de 1,55 G es el mejor (A), entre 1,54 y 1,4 es el B, y entre 1,39 y 1,25 el C. Hay niveles aún por definir (Caso del D y el G) mientras que el F ya tiene fecha de caducidad (1/11/ 2014). Siempre hablando de los niveles para turismos (C1), porque para furgonetas y comerciales (C2) son algo distintos, menores por ejemplo en frenada y mayores en eficiencia energética, y lo mismo sirve para camiones y autocares (C3), etc.
El marcado de impacto sonoro se efectúa conforme a la actual norma CE 2001/43 y a la futura 661/2009, de modo que las tres calificaciones, la peor es la que cumple el límite actual, la media es que cumple el límite futuro y la mejor la que está 3 dB por debajo de éste.
Para Michelin, siguiendo todo este análisis de demandas y prioridades generales y de cada usuario, queda claro que la demanda general del mismo establece tres grandes niveles de prioridad: seguridad primero, duración después, y finalmente el ahorro de carburante adicional. Desde 1992 en que lanzó la primera generación de neumáticos Energy, identificada en sus flancos por el símbolo “Green X”, Michelin ha desarrollado cinco generaciones del mismo para turismos, y tres para camiones, habiendo disminuido en un 40% la resistencia de rodadura, lo que supone el ahorro de 15 millones de litros de combustible (hasta 2011) y de 38 millones de toneladas de CO2 no emitidas a la atmósfera.
Y además, Michelin también se compromete con el factor duración, que no va incluido en la etiqueta pero que constituye una expectativa real para el consumidor, que aprecia este ahorro que supone un impacto directo en su presupuesto de mantenimiento del vehículo.
En la actualidad, la diferencia de duración a igualdad de condiciones y tipo de conducción que el usuario puede encontrar en el mercado es muy grande, pudiendo variar de simple a doble, con neumáticos ya totalmente desgastados tras 25.000 km y otros que superan los 50.000 antes de llegar a sus testigos de desgaste. Cuando el conductor medio europeo recorre 13.000 km al año, eso supone casi dos años más de vida y menos desechos para reciclar…