Nacido en Europa, fruto del trabajo de Nissan Design Europe, el departamento europeo de diseño de Nissan con sede en Londres, el Qashqai es tan singular y distinto como su propio nombre (que por cierto, se ha elegido porque es el de una tribu nómada asiática, que habita cerca de las montañas Zagros, al suroeste de Irán).
Descendiente del «concept car» de su nombre presentado hace un año en el Salón de Ginebra, el Qashqai es ante todo un «crossover » (un vehículo con varias utilizaciones), pero polivalente, un compacto con ligero aspecto de todo terreno, y con rasgos funcionales tanto de un monovolumen como de un 4×4 ó de un familiar de estilo deportivo. Su espíritu, para Stephan Schwartz, director de diseño de Nissan Design Europe, «es el de un nómada urbano».
Recuerda en cierta medida al imponente y espectacular Murano, a menor escala y con la funcionalidad de una berlina de 5 puertas sobreelevada (20 cm de altura libre al suelo). Con 4,31 m de largo (el mismo tamaño de un Ford Focus), 1,78 de ancho y 1,61 de alto, se sitúa en esa tierra de nadie entre los compactos grandes, los SUV pequeños y los «cuasi» monovolúmenes medios. Viene a ser unos 15 cm más corto que un SUV medio. Tiene 2,63 m de batalla, nada excesiva para su largo total, y su aspecto reúne todos los rasgos típicos de un SUV «light»; alto pero sin exceso, de cintura alta, aspecto agresivo y un lateral con la tercera ventanilla de custodia triangular invertida, que le proporciona desde atrás un aire más dinámico.
Si su diseño ha sido londinense, el resto de su desarrollo también se ha llevado a cabo en el Reino Unido, ya que ha sido en el centro técnico de Cranfield donde se montó, y es fabricado en la planta británica de Sunderland, desde donde incluso será exportado a Japón (un 10% de los 130.000 previstos como producción anual) bajo el nombre de Dualis.

Con cambio manual de 5 ó 6 velocidades (según versiones) y hasta un automático CVT por variador continuo y emulación de 6 marchas, este Nissan Qashqai monta los acreditados motores propios de gasolina ya conocidos (los 1.6 y 2.0 de 115 y 140 CV, respectivamente), así como los brillantes turbodiesel de origen Renault (los 1.5 dCi y 2.0 dCi, con 106 y 150 CV cada uno). Nacido como vehículo de conquista, destinado a sumar nuevos clientes para la marca, el Qashqai va a ser el vehículo que todas las marcas quisieran tener en su oferta, por su exclusividad y forma parte del plan de renovación Nissan, con 21 nuevos modelos en Europa, Japón y EE.UU. Y cobra especial relevancia este plan en Europa, donde Nissan prepara nada menos que 18 lanzamientos en los próximos tres años, y entre ellos el del Qashqai representa sin duda uno de los principales.
La versatilidad del Qashqai y su bonito diseño compacto y elegante se explican si tenemos en cuenta que Nissan ha pretendido hacer con él un coche de contrastes que rompe con los cánones habituales y añade un plus «todo camino» (se ofrece en versiones 4×2 y 4×4). Una berlina 5 plazas de 5 puertas y estilo mo-novolumen suavizado, cuya funcionalidad esencial, salvo en las versiones 4×4 que montarán la tracción All Mode 4×4 de Nissan (ya conocida en el X-Trail), es la de un compacto normal y corriente que sirve para todo.
Pero los Qashqai 4×4 disfrutan no sólo de una tracción total automatizada del tipo 90% delantera y 10% trasera, susceptible de variar su reparto cuando uno de los ejes pierde adherencia, sino que además de ésta (disponible en la posición «auto », seleccionable a través de su selector rotativo), disponen también de una posición 4×4 de reparto fijo («lock»), bloqueado al 57% en el eje anterior y al 43 % en el posterior. Y por supuesto, cuando no hace falta la tracción total (sobre seco y asfalto), podemos rodar perfectamente sólo con la delantera (4×2) ahorrando neumáticos y combustible.
Esto les da una versatilidad muy superior, pese a que el concepto todo camino del Qashqai no implica necesariamente la tracción total; como afirma Stephan Schwartz, el Qashqai «no ha sido concebido como un 4×4 y no se debería pensar en él como tal. La opción de tracción a las cuatro ruedas existe simplemente para ofrecer más tracción y más seguridad sean cuales sean las condiciones de la carretera».
Por ello quizá, dentro del «mix» de ventas que Nissan calcula para el Qashqai, el 4×2 es mayoría (60%) frente al 4×4 (40%), mientras que respecto a motorizaciones, el dominio diesel se calcula en unos dos tercios (66%) frente a uno (34%) para las mecánicas de gasolina.
Así pues, el nuevo Nissan Qashqai es la declinación más familiar de la plataforma media de Nissan que sirve desde el Note hasta el Tiida (el turismo compacto dos volúmenes previsto para suceder al Almera). Tiene el tamaño de un compacto medio, y a la vez, la funcionalidad de un todo camino con el espacio de un monovolumen.
Es un auténtico «crossover» que fusiona en un solo vehículo elementos y cualidades de modelos de dos o más segmentos del mercado.
Posee un diseño atlético, con una curva de techo que proporciona una imagen de agilidad deportiva, mantiene una silueta elegante y nada pesada, al revés de los SUV típicos, y los pilares delanteros del parabrisas acentúan con su inclinación la imagen deportiva del coche.
Gracias a una cintura alta, los pasos de rueda refuerzan su sensación de apoyo y el frontal robusto e imponente remata un morro largo que concentra toda la fuerza del diseño, con el logo de Nissan en el centro de la parrilla y los faros trapezoidales englobando los faros principales dobles, intermitentes y luces de posición, con los faros antiniebla aparte, en los extremos del paragolpes.
Una distancia al suelo de 20 cm, y unos ángulos de ataque y salida recortados (19 y 30 grados) mejores que los de una berlina, aunque no tan abiertos como los de un auténtico 4×4, revelan la polivalencia esencial del diseño del Qashqai.

Por dentro nos encontramos con un interior cuidadosamente concebido y realizado, de modo que su aspecto denota una buena calidad aparente de todos sus componentes y materiales.
Las dos plazas delanteras gozan de una gran visibilidad frontal y lateral, dada su posición dominante. Igualmente las plazas traseras van más altas, lo que refuerza la sensación de seguridad a la vez que libera espacio, convenientemente utilizado para ofrecer un buen número de soluciones inteligentes de almacenamiento (caja de consola central, guantera refrigerada, etc). Esta segunda fila presenta los asientos también esculpidos, lo que mejora la retención y confort de sus ocupantes.
Su anchura interior permite alojar tres plazas en la segunda fila sin problemas, y además, dada su posición más vertical, con un espacio para piernas muy generoso.
El maletero, con 410 litros de capacidad, resulta muy amplio si pensamos que supera al de la mayoría de los turismos compactos de su tamaño, con la ventaja añadida de unas formas muy cúbicas y regulares. Además, como los asientos traseros son plegables por mitades asimétricas 60/40, el volumen útil total del Qashqai puede superar los 1.500 litros con ellos plegados.
Operación que por otro lado se efectúa con la máxima sencillez, ya que la base del asiento es fija y sólo se mueve una palanca para abatir los respaldos, que, una vez abatidos, permiten una superficie de carga plana (con la rueda de repuesto de emergencia). Si se monta una rueda normal —que también es posible— queda un plano inicial algo más alto, pero también casi plano. Y además, no hace falta quitar los reposacabezas a la hora de plegar los asientos.
Motores equilibrados. — Los motores disponibles para este Qahsqai son los que Nissan anunció en su día, dos diesel y dos de gasolina: estos últimos son los 1.6 y 2.0 de 16 válvulas e inyección secuencial multipunto, ya bien conocidos y experimentados (de 115 y 140 CV cada uno), mientras que los primeros son los turbodiesel 1.5 dCi y 2.0 dCi de origen Renault, con 106 y 150 CV respectivamente. Los más pequeños (el 1.6 gasolina y el 1.5 dCi, ambos bastante por encima de los 100 CV) sólo se ofrecen con tracción delantera (4×2), mientras que los motores de dos litros (diesel y gasolina) están también disponibles con tracción total 4×4 y cambio manual de 6 velocidades, amén de la opción de cambio automático (por variador centrífugo de par CVT en el caso del 2.0 gasolina). Por cierto que el 1.5 dCi monta también de serie cambio de 6 velocidades, por lo que el único con caja manual de sólo 5 es el 1.6 gasolina.
Con estos motores, las prestaciones del Qashqai figuran a un ni-vel ciertamente brillante, incluso con los más pequeños. Así, con el 1.6 gasolina de 115 CV acelera de 0 a 100 km/h en 12 segundos y alcanza una velocidad máxima de 175 km/h, prácticamente los mismos registros que logra el Qashqai 1.5 dCi 106 CV, que tan sólo emplea 2 décimas más de segundo (12,2) en el 0-100 km/h y tiene una velocidad máxima 1 km/h inferior (174). Y sus consumos son francamente contenidos (6,7 litros/ 100 km en el promedio combinado para el 1.6 gasolina y 5,4 de gasóleo para el 1.5 dCi.
En cuanto a los motores 2.0, el de gasolina y 140 CV baja a 10,1 segundos en el 0-100 km/h (10,7 con cambio automático) alcanzando los 192 km/h de velocidad máxima (180 el automático), mientras que su homólogo diesel, el 2.0 dCi de 150 CV se mueve en registros muy similares (191 ó 190 km/h y 10,5 ó 10,9 segundos de 0 a 100 km/h, según se trate de tracción 4×2 ó 4×4). Y ello con consumos igualmente nada elevados (de 8,2 a 8,4 lts/100 km para el 2.0 y de 6,6 a 6,9 para el 2.0 dCi, siempre en el promedio combinado).
En cuanto al bastidor, debemos poner el acento en que se trata de un coche con suspensiones independientes en ambos ejes (con los beneficios que esto conlleva para el confort y la estabilidad), por el clásico tren Mac Pherson delantero, y detrás a través de un elaborado eje multibrazo.
Los frenos, de disco a las 4 ruedas, son de generoso diámetro (prácticamente 30 cm los delanteros, que van lógicamente ventilados) y la dirección cuenta con una asistencia eléctrica más perfeccionada.
Hay que tener presente que el Qashqai ha sido desarrollado sobre la nueva plataforma «C» de la alianza Renault/Nissan, lo que ha permitido disponer un nuevo sistema de anclaje de suspensiones. Así, el eje delantero Mac Pherson va montado sobre un subchasis anclado por silentblocs para filtrar vibraciones, con amortiguadores reforzados en las torretas, de largo recorrido, y una barra estabilizadora convenientemente dimensionada.
Igualmente el eje multibrazo (multilink) trasero va anclado también a un subchasis para reducir las vibraciones, y tiene uno de sus brazos superiores en aluminio para reducir el peso del conjunto (-4 kg).
Además, los amortiguadores traseros van inclinados para asegurar una mínima intrusión en el habitáculo y favorecer al máximo la capacidad del maletero.
Completa seguridad.— Disponible en tres acabados (Visia, Acenta y Tekna), Nissan ha apostado por un completo nivel de seguridad desde el acabado inicial, de modo que además de ABS en los frenos (con reparto electrónico EBD, asistente a la frenada de emergencia BAS y por si fuera poco HFC, Hydraulic Fade Compensation, para mejorar su resistencia al uso intensivo), todos los Qsahqai vienen con el control dinámico de estabilidad (ESP) de serie, ya sean de tracción 4×2 ó 4×4, dotado además de doble control de tracción (ASR y TCS), un magnífico detalle que acrecienta la seguridad.

Otro buen detalle es el hecho de que todos los Qashqai montan de serie seis airbags, con los dos delanteros de salpicadero (conductor y acompañante), los dos laterales delanteros y los de cortina para la protección de todas las cabezas. Y no es sólo el capítulo de la seguridad el que ha sido más cuidado; también el del confort.
El aire acondicionado es equipo de serie en todos los Qashqai, manual en el nivel Visia, y ya por climatizador automático dual a partir del Acenta, que además, también trae de serie el encendido automático de faros (y de limpiaparabrisas con la lluvia), las llantas de aleación, faros antiniebla, sensores de aparcamiento, «cruise control», etc… Y quienes quieran lo máximo, tienen en el nivel Tekna el Qashqai más lujoso, con faros de xenon de serie, llantas de aleación de 17 pulgadas, techo panorámico de vidrio de serie, cargador de 6 discos compactos, etc… Tan completo que sólo deja en opción el navegador GPS por DVD de alta precisión, la tapicería de piel y la cámara de visión trasera ya conocida en otros Nissan. Pero tan importante o más, es que desde el nivel Visia tengamos de serie elementos tales como el ordenador de viaje, el volante ajustable en altura y profundidad, radio CD con conexión telefónica Bluetooth o el volante multifunción.
En resumen, el Nissan Qashqai es ante todo un turismo medio familiar muy práctico y elegante, de aspecto monovolumen, pero a la vez un vehículo todo camino para todo uso muy competitivo ya que su horquilla de precios oscila entre menos de 19.000 euros a casi 30.000, según sus distintas versiones. Un compacto distinto, más alto que éstos pero menos que los SUV típicos, donde una vez al volante se aprecia la perfecta ergonomía de su puesto de conducción, su buena visibilidad y su suspensión de turismo moderno (independiente en ambos ejes) con generosos trenes rodantes (con ruedas de 16 ó 17 pulgadas de diámetro) y equipado de serie con ESP. Fuera del asfalto se defiende bien gracias a sus 20 cm de altura libre al suelo, ya sea con tracción delantera o total, sin problema a la hora de afrontar pistas forestales y caminos de tierra. Y cuenta con la habitabilidad más que suficiente que se le puede pedir a un turismo de sólo 4,3 m de largo.
Estamos ante el coche compacto más práctico y a la vez menos convencional jamás creado hasta ahora, un coche único que sirve para todo y para todos, cumpliendo con el más completo y exigente pliego de condiciones que podemos exigir a un turismo para uso cotidiano. Y como bien dice Carlos Tavares, vicepresidente ejecutivo de planificación de producto de Nissan Motor Co., «un coche diferente, un coche nada aburrido».