Pura esencia «british»

Con su aspecto mitad agresivo, mitad gamberro, la Triumph Speed Triple RS confirma la nueva tendencia británica que tiene por único objetivo recuperar un tipo de moto, que en su momento se definió como “streetfighter” (pandillero), aprovechando las magníficas prestaciones de su motor tricilíndrico de 1.050 cc que rinde, nada más y nada menos, que 150 CV de potencia.

Enmarcada en el segmento de las «roadsters», la Triumph Speed Triple RS no es otra cosa que una “streetfighter” de fábrica, a la que ya no hay que hacerle nada más. No requiere ningún cambio estético, ni mucho menos mecánico, ya que lo tiene todo: presencia, potencia, manejabilidad y altas prestaciones, y también un bramido espectacular muy acorde a la personalidad del perfil básico de quién elije una Triumph para moverse en moto.

Todo está servido en bandeja de plata: chasis refinado con monobrazo trasero, suspensiones ajustables Öhlins en la versión RS (Showa en la S), doble disco de freno delantero con cuatro pistones y disco sencillo en el eje trasero firmados ambos por Brembo con sistema ABS y control de tracción en curva, por no hablar del nuevo sistema de escape Arrow -en la RS- fabricado en titanio cepillado con salida de fibra de carbono elevado y de doble silenciador que intensifican el agradable sonido- digamos: bramido- de esta moto tan «british» en todos sus aspectos.

Vintage, pero muy tecnológica

Pero si Triumph ha querido recuperar el estilo vintage en esta nueva oferta, no se han olvidado, como no podía ser de otra manera, de dotarla de un paquete tecnológico de última generación, adaptando una centralita electrónica que permite disponer de 5 modos de conducción: Road, Rain, Sport y Rider, además del modo Track (solo en la versión RS) configurable para circuito; todo ello gestionado por unos mandos retro-iluminados que permiten acceder a todas estas y más funciones de forma rápida y sencilla, sin perder la atención.

La RS cuenta también con un nuevo sistema de arranque y bloqueo sin llave que se activa electrónicamente mediante un pulsador en el manillar, con la opción de desactivar para más seguridad la función “keyless” Y todo ello reflejado en un panel de instrumentos digital ubicado en el centro de la tija de dirección con una pantalla TFT de 5 pulgadas a color.

La parte ciclo, como ya he comentado, conserva el característico basculante tipo monobrazo que le da ese plus de notoriedad a su inconfundible estilo, y que se une a un optimizado chasis de aluminio de doble viga que aloja todo el apartado mecánico. Eso sí, la carencia de cualquier tipo de carrocería o plástico, salvo un par de entradas canalizadoras de aire laterales de fibra de carbono, material con el que también se han fabricado ambos guardabarros, crea en la nueva Triumph Speed Triple RS, una sensación de moto desnuda (naked) que, en contra de lo que se pueda pensar, es lo que realmente le aporta su verdadera personalidad.

Si alguien, que ya es decir, quisiera unos mayores toques de diferenciación, Triumph dispone de un amplio catálogo con más de cincuenta elementos que pueden -si cabe- mejorar ciertos aspectos en lo relativo a su rendimiento, funcionalidad y, claro, su estilo. Para ello ha puesto a disposición de sus clientes un configurador «on-line» para que cada cual diseñe su propia Speed Triple. Y además, la marca ha elaborado una amplia gama de accesorios y vestimenta especiales para este modelo.

En cuanto a su precio, añadir que por 16.400 euros disponemos de esta Triumph Speed Triple RS que se comercializa en dos colores: blanco o negro, aunque ambas comparten el subchasis en aluminio mate, franjas rojas en las llantas y costuras también en rojo en el asiento, detalles para llamar más la atención, que es de lo que se trata.