Opel quiere ser “subpremium”

22 agosto, 2013
JUAN ROBREDO

En GM empiezan a mirar a Opel con otros ojos. “Patito negro” del grupo tras acumular más de 14.000 millones de euros en pérdidas desde 1999, y acosada como marca generalista en Europa por Chevrolet (ex Daewoo), el saneamiento efectuado tras su frustrada venta parece empezar a dar sus frutos. Los números rojos persisten, pero la previsión es que el año se cierre con menos de 500 millones negativos de euros, cuando sólo en el primer trimestre de 2012 las pérdidas fueron de casi la mitad. El plan de recuperación (llamado Drive 2022) es a largo plazo, pero mantiene una producción en torno al millón de vehículos anuales, y su nuevo ejecutor, el alemán Neumann (ex presidente de VW en China) contempla la potenciación de la marca hacia arriba, como marca “subpremium”, lo que no es nada fácil, dejando sitio por abajo a Chevrolet como marca más generalista y barata (que está sufriendo también duramente la crisis en Europa: -31% en ventas en la primera mitad del año, principalmente por falta de atractivo). Para ello el Drive 2022 calcula el lanzamiento de 23 nuevos modelos, 13 motores y 4 cajas de cambio (que no es tanto si pensamos en que se trata de realizarlo durante una década), con una inversión de 4.000 millones de euros. Y además, Opel venderá parte de su gama en EE.UU. bajo marca Buick, tras fichar como jefe de diseño a Mark Adams (ex responsable del mismo en Cadillac), mientras que en Europa sale reforzada la planta de Figueruelas con la adjudicación de la producción del Mokka (hasta ahora fabricado en Corea), dada su positiva acogida (más de 100.000 solicitudes en su cartera de pedidos).