Pagará una multa de 20 millones de dólares
El presidente y fundador de Tesla, Elon Musk, ha aceptado dejar la presidencia de la compañía y pagar una multa de 20 millones de dólares para evitar que prospere la demanda por fraude de la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos (SEC).
El controvertido fundador y hasta ahora presidente de Tesla ha llegado a un acuerdo con la Comisión de Bolsa y Valores norteamericana (U.S. Securities and Exchange Commission) por el que tanto él como la compañía de vehículos eléctricos pagarán una multa de 20 millones de dólares cada uno a cambio de resolver la demanda por fraude interpuesta por la SEC. Además, Elon Musk está obligado a dejar en manos de una persona «independiente» la presidencia de Tesla por al menos 3 años, revisando su Consejo de Administración (tendrá que nombrar dos consejeros independientes), si bien Musk se mantendrá como CEO de la compañía pero con controles y procesos que supervisen sus comunicaciones.
Este acuerdo llega tras la acusación de fraude por los mensajes escritos por Musk en Twitter el pasado 7 de agosto en los que manifestaba su intención de retirar a Tesla de la Bolsa: “Estoy considerando hacer Tesla privada a 420 dólares por acción”. Este hecho provocó una subida del 11% de las mismas los días siguientes, alertando a la SEC, la cual interpuso recientemente una demanda contra Musk por fraude, al considerar que perjudicaba a los accionistas e inversores de Tesla, provocando una alteración significativa del mercado.
El documento de la SEC acusa directamente a Musk: “La realidad y la verdad es que Musk ni siquiera había debatido, y mucho menos confirmado, los términos clave del acuerdo, con ninguna fuente de financiación en potencia”. “Las declaraciones públicas falsas y engañosas de Musk causaron confusión y alteración significativa de las acciones de Tesla en el mercado produciendo daños a inversores”.
Esta multa ejemplar pretende enviar un mensaje a las personalidades influyentes de las compañías de que nadie está por encima de la Ley. La legislación actual estadounidense, permite exigir responsabilidades a una compañía por hacer declaraciones erróneas o por la omisión de información necesaria para que un inversor tome una decisión informada. La SEC permite informar a través de las redes sociales a empresas con la condición de que se haya comunicado a los accionistas su decisión de usar estos medios al margen de la entrega de documentos formales.