Cómo reducir emisiones y consumo del coche con sistemas de hibridación «soft» que permiten considerar a los coches como ecológicos
Muchas marcas han puesto en marcha en sus gamas la tecnología “mild-hybrid” (también llanada micro-hibridación o hibridación «soft») con la finalidad de acercar sus modelos hacia una propulsión más ecológica por la vía de incorporar un pequeño motor eléctrico (motor de arranque / generador) que trabaja para mejorar las prestaciones del conjunto en cuanto a consumos y emisiones utilizando una pequeña batería que almacena energía al efecto.
Esta tecnología permite además que el vehículo que la utiliza mejore a efectos de consideración ecológica, lo que le acredita a todas luces como electrificado, también para las compañías de seguros especializadas en coches ecológicos, en las que cuenta con tarifas específicas al calcular precio del vehículo.

Que es un propulsor “mild hybrid” y como funciona
La aportación más relevante de los coches mild-hybrid es su capacidad para generar energía mientras se mueven. Su arquitectura eléctrica permite, mediante la frenada regenerativa, producir electricidad, igual que ocurre en los vehículos eléctricos e híbridos enchufables o autorrecargables.
Eso supone que, en tanto no se está acelerando, un motor eléctrico -en este caso un motor de arranque que también trabaja como generador-, es capaz de transformar la energía cinética en electricidad, la cual se almacena en una batería específica, distinta a la usada para alimentar elementos como las luces, el equipo de sonido, etc.
El propósito de esa electricidad es usarla en el propio motor de arranque-generador que la produce y que, al estar conectado mediante una correa con el motor de combustión -es indiferente que sea de gasolina o Diesel-, puede aportar puntualmente empuje extra al motor, por lo común cuando su rendimiento es peor a muy bajo régimen. Así, el motor de arranque-generador puede participar, por ejemplo, en el momento en el que se arranca a la salida de un semáforo o un stop, produciendo fuerza extra.

En algunos casos, incluso puede sumarse a regímenes más altos con una aportación extra de potencia aunque, en ninguna situación su participación afecta la entrega de potencia total del motor de combustión: el motor de un coche que anuncie 150 CV a un régimen determinado, lo hará igualmente ya esté o no microhibridado, aunque sí puede mejorar la curva de entrega de potencia y par en algunos momentos.
Un motor de arranque-generador así puede entregar, por ejemplo, hasta 20 kW adicionales durante diferentes etapas de la conducción, siempre de manera imperceptible e inmediata, aunque su empuje también se produce en función de la energía que esté almacenada en cada momento en la batería.
También esa arquitectura eléctrica que está ligada a la microhibridación hará que los sistemas Start&Stop sean más activos, con los arranques más rápidos y suaves, reduciendo el esfuerzo del motor térmico al que se ligan y, por consiguiente, su desgaste.

Su participación también permite que el apagado automático del motor de combustión se produzca con mayor frecuencia, con el consiguiente ahorro de combustible, y que se mantengan funciones esenciales como dirección, frenado, ayudas a la conducción, etc, y sigan trabajando con total normalidad durante esos más largos periodos de apagado gracias a la aportación de energía de la batería de respaldo.
Incluso estas arquitecturas híbridas permiten que el motor se apague no sólo a muy baja velocidad, sino cuando estamos moviéndonos sin acelerar y el coche se mueve por su propia inercia.
Diferencias entre la propulsión hibrida tradicional (autorrecargable “Full Hybrid”) y los sistemas “mild-hybrid”
La diferencia respecto a un coche híbrido de otro mild-hybrid o microhíbrido está relacionada con que los primeros son capaces de arrancar o, incluso moverse -siquiera por unos pocos kilómetros- exclusivamente con la electricidad de que dispone en sus baterías, mientras que los segundos, no: en ningún caso el coche que incorpora la tecnología “mild-hybrid” está siendo impulsado sólo por la fuerza del motor eléctrico de arranque-generador.

Para conseguir ese impulso en los híbridos, además de baterías más capaces y de alta tensión, como todo su sistema eléctrico, también incorporan motores más potentes que las de los microhíbridos en los que la tarea de su motor eléctrico es, como decimos, asistir al térmico, no reemplazarlo siquiera momentáneamente.
Lo que sí tienen en común ambas tecnologías es que no exigen al conductor ninguna atención extra, como recurrir a un enchufe para cargar sus baterías, ya que recuperan su electricidad mediante esa frenada regenerativa olas desaceleraciones circulando.
Otra particularidad común es que su sistema eléctrico no requiere mantenimiento extra y las revisiones de los coches que los incorporan son exactamente iguales a las de vehículos sin ningún tipo de hibridación.
Sin embargo, en los microhíbridos al utilizar tensiones eléctricas o diferencias de potencia muy bajas no se hacen necesarios los elementos de aislamiento eléctrico que sí requieren los híbridos en los que, lo usual, es utilizar alta tensión: 200 o más voltios.
En los coches con esa hibridación suave o «soft», se emplean 12, 24 ó 48 voltios, con mayor potencia entregada -y mayor protagonismo- en tanto más alto sea el voltaje que aportan.
Se estima que la incorporación de un sistema microhíbrido a un motor térmico llega a reducir, con un incremento de peso poco relevante (puede alcanzar unos 25 kilos, batería extra incluida), entre un siete y un nueve por ciento el consumo y las emisiones de CO2.
Por otro lado, elegir un «mild-hybrid» es una de las formas más económicas de conseguir un vehículo con la etiqueta Eco de la DGT y sus ventajas: acceso a zonas de tráfico restringido a vehículos contaminantes, o en momentos de activación de protocolos anticontaminación, bonificación del pago por aparcar en zonas de estacionamiento regulado, de la tasa de circulación en algunas ciudades, exención del impuesto de matriculación…, ya que se concede, entre otras tecnologías, a todos los híbridos no enchufables, que es como se consideran los microhíbridos.