Diseñado para la competición

Cariñosamente apodado «cola de pato» por el curioso diseño de su ´spoiler fijo, el Porsche 911 Carrera RS 2.7 lleva 50 años rodando sobre el asfalto, y fue diseñado en un principio para su uso en competición, ya fuese sobre un circuito o los sinuosos trazados de los rallyes.

El Porsche 911 Carrera RS 2.7 fue presentado el 5 de octubre de 1972 en el Salón del Automóvil de París, e iba a ser una edición limitada de solo 500 unidades homologadas en el Grupo 4 o grupo de los coches GT especiales. Dos meses después ya se habían vendido las 500 unidades, por lo que se decidió que no iba a ser una edición tan limitada, y se fabricaron otras 1.580 unidades hasta julio del año siguiente, y de las que 580 se homologaron en el Grupo 3. De esta nueva tirada 1.308 eran la versión Touring con pack opcional M472, 17 eran la versión básica, 200 la versión aligerada Sport con pack opcional M471, y 55 solo se podían utilizar en competición.

La versión aligerada Sport prescindía de asientos traseros, alfombrillas, reposabrazos e incluso el reloj. Los asientos de serie se cambiaron por unos tipo baquet, y los cristales eran más finos, todo en aras de perder el mayor peso posible.

Este Porsche 911 Carrera RS 2.7 montaba el nuevo motor bóxer de seis cilindros desarrollado por Hans Mezger y Valentin Schäffer, un 2.7 litros con inyección de combustible que desarrollaba 210 CV a 6.300 vueltas y par motor máximo de 255 Nm a 5.100 rpm. La versión aligerada Sport era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en solo 5,8 segundos y alcanzaba los 245 km/h, siendo el primer modelo de fabricación en serie en bajar de los seis segundos, según pudo comprobar la revista alemana Auto, motor und Sport. La versión Touring llegaba a los 100 km/h en 6,3 segundos y su velocidad punta era de 240 km/h.

El primer spoiler trasero en el 911

Bautizado con las siglas RS en el alerón trasero (significaban “rennsport”, competición en alemán), fue el primer 911 en incorporar la palabra Carrera en el lateral de la carrocería (en clara alusión a la Carrera Panamericana), con el que quería distinguir a su versión más potente. También fue el primer 911 con spoiler trasero, seña de identidad del modelo y que fue diseñado por los ingenieros Hermann Burst y Tilman Brodbech, en un intento de compensar la inclinación trasera, pero sin romper con la estética. El alerón llegaba a reducir la resistencia al avance (la velocidad máxima se incrementó en 4,5 km/h) y además se conseguía suministrar más aire para refrigerar el motor.

También se trabajó en el chasis, probando ruedas más grandes en el eje trasero para mejorar la tracción y la estabilidad, siendo también el primer modelo de serie de Porsche en calzar neumáticos diferentes en cada eje. Las míticas llantas forjadas Fuchs montaban neumáticos 185/70 VR 15 (6 x 15) delante y 215/60 VR 15 (7 x 15) detrás, teniendo que ensanchar la carrocería 42 mm en el eje posterior. Como complemento de este exclusivo modelo, se llegó a ofrecer hasta en 29 colores de carrocería, con pinturas míticas como el Amarillo Bright, el Rojo o el Naranja Blood, y con las llantas pintadas a juego con el color de la carrocería o con las inscripciones Carrera en los laterales, estas últimas con tonos como el rojo, el azul o el verde para los vehículos blancos.

Con el 911 Carrera RS 2.7, Porsche no solo ideó un coche para competir, sino que incluso lo publicitaba para que los clientes lo pudieran utilizar a diario además de en las carreras, con una alta fiabilidad. Tras el debut oficial en competición de un 911 Carrera RSR, en el Rallye Tour de Corse en noviembre de 1972, Porsche decidió prolongar la participación del 911 durante 1973, logrando en ese mismo año vencer con 22 vueltas de ventaja en las 24 Horas de Daytona, además de los triunfos en las 12 Horas de Sebring, Vallelunga, Le Mans, Dijon, Monza y Spa-Francorchamps, carreras de resistencia que forjaron la fiabilidad de la versión y que incluso llegó a ganar en la famosa y dura Targa Florio.