J. Robredo
Con los frenos por bandera desde hace casi un siglo
Desde que los automóviles cuentan con frenos, ha existido la necesidad de hacerlos más seguros y eficientes, y por eso Bosch lleva más de 95 años impulsando la innovación en estos elementos fundamentales, siendo en la actualidad Bosch, un verdadero experto en la seguridad de automoción.
Para Bosch, la seguridad es lo primero y por eso a través de sus departamentos de investigación y desarrollo, sigue contribuyendo al avance técnico en la tecnología de frenado. Bosch tiene una amplia experiencia en todo el sistema de frenado a través de una oferta completa de productos y servicios centrada en casi una treintena de gamas de productos que suman un total de unas 11.000 referencias, todo para que el usuario pueda confiar en los componentes de frenado de Bosch desde el pedal hasta la rueda.
Apostando desde el principio por el desarrollo técnico, para ofrecer a los conductores una mayor seguridad y confort de frenado, hay que tener en cuenta que Bosch presentó en 1927 su primer servofreno, perfeccionado en 1928 para su uso y difusión en el automóvil. El primer sistema antibloqueo fue patentado por Bosch nada menos que en 1936, aunque no sería hasta 1978 cuando adquiriría carta de naturaleza al lanzar el ABS como sistema antibloqueo electrónico, al que seguiría el ESP en 1995 como medio de evitar derrapes intempestivos. Y ya en este siglo, Bosch ha sido el padre del asistente predictivo de la frenada de emergencia (2010), del iBooster (el servofreno electromecánico iBoost) en 2013, y de los discos de freno con recubrimiento de carburo de tungsteno en 2016, sin olvidar sus nuevos líquidos de frenos ENV4 y ENV6 en 2017.
Todo ello ha dado lugar a una amplísima cobertura del parque automovilístico mundial (de nada menos que más del 92%) en continuo desarrollo y continuamente actualizada y renovada a través del lanzamiento de 500 novedades cada año en sus gamas de productos, con una cobertura total del mercado del recambio a través de la oferta de Bosch Automotive Aftermarket, que incluye componentes de alta calidad, modernos equipos de diagnosis y de servicio y reparación para el taller, líneas de asistencia técnica y ofertas de formación específicas, que permiten a los talleres trabajar fácilmente en cada uno de sus servicios para mantener los frenos y sus asistentes siempre operativos al máximo nivel (incluidos los electrónicos más sofisticados, como el ABS o el ESP.
Este último, como control dinámico de estabilidad ha sido el responsable de que entre 1995 y 2015 se hayan evitado en Europa 260.000 accidentes, según las estadísticas más recientes, con estudios que afirman que hasta el 80% de los accidentes por derrape pueden evitarse con el ESP. Son tecnologías que se engloban dentro de la seguridad activa de Bosch (Bosch Active Safety) para salvar vidas, y donde también entra el asistente de frenada de emergencia, ya también obligatorio en coches nuevos lo mismo que el ABS y el ESP.
Como líder tecnológico y socio a largo plazo de la industria automovilística, Bosch se esfuerza por mejorar continuamente las tecnologías actuales y liderar nuevos desarrollos, a través de sus departamentos de I+D, y sus prototipos y pruebas. Y dado su nivel de competencia y desarrollo, es el primer proveedor del equipo original de las marcas constructoras; y todo este conocimiento y experiencia en el primer equipo original de los vehículos también se aplica al negocio de los recambios, lo que se traduce en productos equiparables a los del equipo original para una máxima seguridad.
Una seguridad que implica un control total del seguimiento de la calidad de productos que Bosch aplica a rajatabla. Desde sus centros de I+D a los de producción, Bosch lleva a cabo sus labores de investigación y desarrollo en sus propios laboratorios en Alemania, fabricando y asegurando la consistencia y calidad de sus productos, que se comprueba en condiciones extremas tanto de laboratorio como en campos de pruebas al aire libre para ir más allá de las condiciones reales.
Y una vez puestos en el mercado, Bosch no se desentiende de ellos sino que sigue y mejora cada producto a lo largo de toda su vida útil. Por ello no es extraño que Bosch haya sido elegida por la prensa especializada germana como la mejor marca de componentes de freno, a lo largo de toda su cadena del pedal a la rueda. Todo un estímulo para seguir avanzando en la mejora y desarrollo de la seguridad vial futura, adaptándose a las nuevas exigencias de la electrificación y las últimas normativas gubernamentales.
Y además de la búsqueda de la excelencia en sus productos, en Bosch no olvidan la importancia que tiene el buen conocimiento de su diagnosis y montaje por parte de los equipos de taller, ofreciendo a sus operarios diversas formaciones y procedimientos de servicio. Así, en el tema de los frenos Bosch organiza cursos con consejos, pruebas e información de elementos como los discos y tambores de freno, en busca de la solución a los problemas que pueden plantear.
Una responsabilidad derivada del hecho de ser el primer proveedor integral de seguridad a nivel mundial, con piezas, diagnosis y servicios para el taller. Y esta vocación formativa se extiende a la descripción y prescripción de productos de desgaste (pastillas, discos, kits…) y a los medios de transmisión de fuerza (latiguillos, circuitos hidráulicos, cables, fluidos, lubricantes…), sin olvidar los equipos de accionamiento (servos, bombas de freno, reguladores…) y modulación electrónica (asistentes activos de seguridad, ABS, TCS, ESP, etc). En suma, Bosch representa hoy todo un modelo de exigencia de perfección industrial al servicio de la seguridad vial, con los frenos por bandera.