BMW Z8: 20 años del mítico roadster

4 abril, 2020
G. ROMERO-REQUEJO M.
Clásico desde su cuna

Se cumplen 20 años desde que la marca bávara presentara el BMW Z8, el mítico roadster superdeportivo producido de forma limitada entre 2000 y 2003, con el que se quería conmemorar el lanzamiento del exclusivísimo BMW 507 de 1956.

El BMW Z8 surgió de los trazos estilísticos magistrales de Henrik Fisker en el centro de diseño Designworks de BMW en el sur de California, a partir del prototipo BMW Z07 mostrado en el Salón del Automóvil de Tokio en 1997. Realizado originalmente como un ejercicio de estilo para rendir homenaje al BMW 507 diseñado por Albrecht von Goertz -en 2003 afirmó que “Si tuviera que diseñar el 507 hoy en día, sería como el Z8”-, la abrumadora acogida del show-car llevó al consejo de dirección a tomar la decisión producirlo bajo una serie limitada, con el código interno de modelo E52.

Hubo que esperar hasta el Salón de Frankfurt de 1999 para que la marca diese a conocer la versión de producción definitiva bajo el nombre de BMW Z8, inaugurando con su comercialización en Europa el nuevo milenio para la marca, en la primavera del año 2000. Bajo una fabricación artesanal, durante tres años se construyeron 5.703 unidades, todas fabricadas a mano por operarios expertos de la planta de Múnich, siendo aproximadamente la mitad de ellas exportadas a los EE.UU. Como no podría ser de otra manera, su debut en la gran pantalla en la película de James Bond protagonizada por Pierce Brosnan «El mundo nunca es suficiente» (The World Is Not Enough), en noviembre de 1999, sirvió como plataforma de lanzamiento comercial en todo el mundo, apareciendo también en varios videojuegos de la época.

Líneas estilizadas y muy limpias con los escapes redondos integrados en el paragolpes

BMW Z8: un roadster único

Dotado de líneas clásicas de auténtico roadster, con un largo morro, proporciones elegantes y techo de lona plegable, el BMW Z8 tenía tanto el chasis como la carrocería de aluminio, lo que le llevaba a arrojar un peso de 1.660 kg a este modelo de 4,40 m de longitud. Solo por su aspecto el Z8 era uno de los automóviles más destacados de su tiempo, pero lo que lo hacía verdaderamente poderoso era su motor V8 de aluminio (M S62) atmosférico de 4.9 litros (4.941 cc) que desarrollaba 400 CV a 6.000 rpm y 500 Nm de par máximo a 3.800 rpm, procedente del BMW M5 (E39), el más poderoso de la gama por entonces.

Gracias a este propulsor de alto rendimiento puesto a punto por la división deportiva de la marca BMW Motorsport, el BMW Z8 lograba unas prestaciones excepcionales, logrando parar el cronómetro de 0 a 100 km/h en solo 4.7 segundos y alcanzando una velocidad máxima de 250 km/h (autolimitada), siempre aderezado con un sonido de motor arrebatador. Este auténtico «muscle car» contaba con 4 frenos de disco ventilados de 334 y 328 mm de diámetro tras las ruedas delanteras y traseras respectivamente.

Su comportamiento también fue elogiado gracias a su moderno esquema de suspensiones independientes (por paralelogramo deformable la trasera) y óptimo reparto de pesos del 50:50 entre los dos ejes, ayudado por el control de estabilidad (DSC III) y por un autoblocante trasero. Esta interpretación moderna del roadster clásico BMW 507, montaba una caja de cambios manual de 6 velocidades con la que garantizaba mayores sensaciones de conducción.

El interior del BMW Z8 respiraba un aire neo-retro inspirado en los roadsters clásicos

El BMW Z8 ofrecía la mejor tecnología disponible en ese momento en la producción de automóviles, como lo demostraba su rígido chasis autoportante realizado en aluminio con la carrocería atornillada al chasis, proporcionando a los ocupantes una sensación extremadamente directa de la carretera y la experiencia de conducción. De hecho, esta superioridad técnica y motriz se tradujo en hechos y cifras, ya que el modelo llegó a recorrer los 20,6 km del Nordschleife de Nürburgring en unos notables 8:15 minutos, 3 segundos más rápido que un Ferrari 355 de la época. Su alta deportividad y tecnología de vanguardia le llevaron incluso a ser safety car en la temporada 2002 del Campeonato Mundial de MotoGP.

Como curiosidades de este exclusivo modelo, el Z8 contaba con control de presión de neumáticos (RDC) y fue el primero en Europa en ofrecer la tecnología Run Flat en sus neumáticos (245/45 R18 delante y 275/40 R18 detrás), con capacidad para rodar desinflados 140 km, lo que permitía liberar espacio en su contenido maletero de 195 litros, al prescindir de rueda de repuesto.

El BMW Z8 era un modelo verdaderamente exclusivo y único por concepción y también por precio (138.000 euros), y en la marca deseaban que su adquisición fuese toda una experiencia, por lo que se ofrecía a los compradores la posibilidad de presenciar las últimas fases del ensamblaje de su coche en la fábrica de Múnich. El vehículo incluía un techo rígido y cuando se hacía entrega de las llaves, estas iban acompañadas de un libro realizado a mano que incluía fotografías del proceso de producción de la unidad del comprador, así como muestras reales de la pintura y tapicería del vehículo en cuestión. El BMW Z8 fue declarado «clásico del futuro» por la revista Motor Klassik el mismo año del cese del su producción.

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