Bentley Speed 6 (EXP 10)

10 abril, 2015
J. C. BERGER

Biplaza y más deportivo

Por supuesto se trata de un “concept” (las siglas EXP de “experimental” lo confirman), pero este Speed 6 esconde un objetivo mucho más ambicioso de los que hasta ahora ha apuntado la marca de Crewe, que pretende acercarse a la parcela al de las marcas “superpremium” pero con cierto volumen.
En Volkswagen, la propietaria de Bentley, no esconden que se puede ser tan bueno o mejor que Rolls Royce y vender diez veces más que ellos, y en eso están. Y si en 2014 Bentley vendió más de once mil coches (11.020 exactamente) en todo el mundo, la meta está puesta en los 20.000 para 2018, una cifra muy respetable para un superespecialista, pero para la que necesitarán tener tanto el “super SUV” de lujo (al que van a llamar “Bentayga”) como este coupé deportivo medio, con una mecánica brillante aunque no tan gruesa como la de los Continental, para lograr un precio entre los 100.000 y los 150.000 euros.

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Por eso este EXP 10 Speed 6 es algo más que un ejercicio de estilo, y como confirmó Dürheimer, el director de la marca, «tiene potencial para convertirse en un deportivo biplaza de lujo de referencia». El propio presidente ejecutivo de la marca lo ve como “una visión al futuro de Bentley» dentro de tres años y hasta se animó a vaticinar su precio (unas 120.000 libras, o sea sobre los 166.000 euros).
Un cambio radical.- Situado por debajo del Continental GT, recientemente puesto al día, este futuro coupé biplaza deportivo Bentley comparte algunas líneas maestras con su hermano mayor, pero bajo un diseño mucho más penetrante y perfilado, con formas más curvilíneas y aerodinámicas, y una estampa musculosa y compacta, de carrocería muy baja, cortos voladizos y popa redondeada.
La clásica malla de la parrilla frontal está impresa en tres dimensiones y ofrece una precisión de acabado nunca antes lograda en una pieza metálica, extendiéndose en la decoración de otros elementos (faros, bocas de escape, etc). Y ya que hablamos de los faros, son quizá el punto más controvertido de este diseño, ovalados como en los últimos Bentley y con un cerquillo blanco (para luz de diodos) poco elegante, sobre todo en las dos unidades secundarias situadas a los lados de las principales (probablemente desaparecerán en el futuro). Tras la malla frontal de la parrilla, al fondo pintado en blanco sobre el radiador, se puede leer un gran “6” como guiño al historial deportivo de los “Speed 6” de Bentley de los años 30.

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Aunque no se ha dicho, la plataforma utilizada es la nueva MSB, la misma de la segunda generación del Porsche Panamera. Tampoco dice Bentley sus medidas, pero a simple vista se le calculan más de 4,5 m de largo para una batalla en torno a los 2,70 m. Los costados están artísticamente tallados, formando una cavidad central que prolonga las salidas laterales de aire del vano motor, y en la zaga un corto portón con los grupos ópticos horizontales ojivales rematan un diseño sobrio y preciso, complementado por las salidas de escape (dobles e igualmente ojivales, bajo los pilotos). Unas enormes llantas de 21” (calzadas con neumáticos Pirelli P Zero) y una mecánica no declarada completan un esbozo de lo que será más adelante este biplaza, que bien podría ser un 2+2 cuando llegue el modelo final de calle.
Posiblemente híbrido y térmico.- De todos modos, se espera que su mecánica se ofrezca tanto en versión híbrida como térmica, pudiendo montar la primera un V6 de origen Audi/VW (suficiente para lograr una potencia total conjunta de más de 400 CV), mientras que el térmico montaría el V8 biturbo de origen Continental, al que sus 580 CV (si se trata de el del GT3-R) bastarían para presentarse como la genuina versión deportiva capaz de superar los 320 km/h…
Por dentro la apuesta por la deportividad y un precio más competitivo no excluye el lujo característico de la marca, apreciable en su tapicería acolchada de cuero Poltrona Frau (con los paneles de puertas en madera imitando el mismo acolchado en rombos), el anagrama de la B alada, o en el acabado moleteado en cobre de los mandos (en contraste con el plateado de los elementos de aluminio).

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Los dos asientos van separados por una consola central que aloja una inmensa pantalla táctil (12”) enmarcada en aluminio, señal de la unión de la tecnología punta con la artesanía y el lujo británico. Otro detalle curioso que simboliza esta combinación de tradición y modernidad es que el cuentarrevoluciones sea analógico y mecánico (más preciso) en vez de electrónico, mientras que la instrumentación del cuadro es digital.
En cualquier caso, este futuro Bentley coupé romperá con la tradición de los “camiones de carreras” Bentley, ofreciendo por vez primera un auténtico diseño deportivo moderno, en el que se aprecia el lápiz del maestro Luc Donckerwolke. En su clásico color verde inglés (el “british racing green”) con sus pinceladas de cobre, este futuro Bentley tendrá mucho de Audi, desde su pantalla táctil curva a los mandos (también táctiles) de la consola central, incluyendo posiblemente alguno de sus motores.
Ya veremos la evolución de este diseño en próximos “concepts” (hasta 2017 queda tiempo todavía, y antes tiene que llegar el Bentayga) y si al final se queda en biplaza o en 2+2, aunque sea a costa de perder los dos huecos habilitados para cargar el juego de 4 maletas diseñado específicamente para este modelo. Mientras tanto, algo ha cambiado en Crewe para pensar en coches por debajo de los Mulsanne, Continental y Flying Spur…

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