AUDI A3 CABRIOLET

30 marzo, 2008

Para tratarse de un descapotable de una marca especialista, su precio no es demasiado alto (entre 30.000 y 38.000 euros). A cambio ofrece 4 plazas, un tamaño recortado (4,24 m de largo) y una funcionalidad mayor de la normal en la mayoría de los descapotables del segmento medio. Desde que salió en 1996, el A3 abrió el mercado de los compactos «de lujo», aunque en realidad no fuera más que la versión «premium» del VW Golf, con el que compartía mecánica y chasis, aunque distinguiéndose de él por su mayor nivel de acabado y cuidada terminación, lógica dado su mayor precio. Y ahora le llega el turno al A3 Cabrio, primero de la saga (hasta ahora Audi sólo tuvo descapotable en su gama superior, A4), fabricado en la planta húngara del grupo VAG en Gyor, la misma de donde sale el TT y el 90% de los motores TDi del grupo.

La gran incógnita es por qué, para este segmento, Audi no ha optado por una solución CC (Cabrio Coupé, o sea con techo rígido plegable) como la mayoría de sus rivales del segmento medio (Volvo C70, Peugeot 307, Renault Mégane CC, etc) e incluso alguno tan destacado como el SLK de Mercedes (aunque éste es ya un roadster biplaza), y se ha inclinado por el techo textil, igual que BMW en su Serie 1 Cabrio. La respuesta es sencilla; primero, para ganar espacio so pena de sacrificar o el maletero o las plazas traseras, y segundo por no alterar más una silueta ya de por sí de cintura alta, que forzaría un diseño poco grácil, amén claro está de reducir costos en un coche que busca una clientela relativamente grande.

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Realizado sobre la base del A3 5 puertas (Sportback), mantiene su longitud (4,24 m) y presenta en su frontal el «restyling» que se aplicará también a las berlinas a partir de junio. El coche es atractivo, aunque no espectacular. Mantiene la ya típica calandra «singleframe» y como novedad lleva faros con luz de cruce diurna por diodos (7), y en opción, bi-xenon y direccionales.

Las llantas son de 16 y 17 pulgadas de serie y de 18 en opción) y refuerza su bastidor para compensar la ausencia de techo, especialmente en bajos, estribos y marco del parabrisas, con aceros de alta resistencia. Pero su rasgo diferencial está en el techo, en su capota de tela plegable por mando electrohidráulico totalmente automático (por un botón desde el interior o bien desde el exterior a través del mando a distancia de la llave). Plegada en forma de Z, tarda sólo 9 segundos en abrirse y ocupa muy poco espacio.
Cerrada, queda muy pegada a la línea de la carrocería, aunque carece de tapa. Hay dos tipos de capota: una normal, y otra especial «acústica» con una capa de fibra sintética aislante, cuyo ruido interior se aproxima mucho al de un A3 normal berlina. Ambas montan luneta térmica de vidrio y tanto una como otra liberan un maletero de 260 litros de capacidad cuya tapa de acceso peca de pequeña.

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Por dentro, tenemos un diseño alegre y juvenil, bien terminado, con detalles prestados del TT y otros tomados del A3 berlina, con la ventaja de ser un 4 plazas reales (y no un 2+2). Se percibe una mayor calidad, real y visual, y las plazas traseras ofrecen espacio suficiente (alojan bien adultos de 1,75 m de estatura con las plazas delanteras ocupadas por otros de su misma talla). Los arcos de seguridad van integrados, sobresaliendo por detrás de los reposacabezas.

A cambio de no favorecer precisamente la estética, despejan el tabique central, facilitando el acceso entre maletero y plazas traseras, y liberando —con los respaldos de éstas plegados— un buen maletero (674 litros con dos plazas, siendo capaz de alojar objetos de 1,5 m de largo, y que bajan a 252 con cuatro, ya sea con o sin capota).

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En cuanto a motores, de los 4 que puede montar el A3 Cabrio, el más modesto es el 1.9 TDi de 8 válvulas, en su configuración universal para las marcas del grupo de 105 CV, y el más potente el 2.0 TFSi de 200 CV. Todos son 4 cilindros de inyección directa turbocomprimidos, con el acento funcional puesto en los dos diesel, ambos con filtro de partículas (el citado 1.9 TDI 105 CV y el 2.0 16V de 140 CV, éste ya con inyección «common-rail» y no por bomba/inyector), al revés que sus rivales, que apuestan más por la gasolina.

Con ésta como combustible destaca el 2.0 TFSI de 200 CV (el alto de gama del A3 Cabrio, al menos de momento) que puede llevar en opción el cambio robotizado DSG de doble embrague y 6 marchas (S-Tronic para Audi), además del manual de 6 marchas de serie (para todos, excepto el 1.9 TDI que sólo lleva 5). La segunda opción en gasolina (mientras llega el 1.4 TSI de 122 CV) es el 1.8 TFSI de 160 CV, destinado junto con el 1.9 TDI a formar el núcleo duro de las ventas. Frenos y suspensión son los mismos del A3 berlina, con el sempiterno tren delantero Mac Pherson y el posterior multibrazo, ajustando eso sí su geometría y reglajes a las nuevas cotas.

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Durante nuestro contacto tuvimos ocasión de conducir el 2.0 16V TDI, que de entrada nos sorprendió por su silencioso funcionamiento actual, gracias a la inyección «common rail». También nos sorprendió gratamente su suspensión, bastante confortable pese a las ruedas de 225/45 R17 que montaba (nivel Ambition), prueba del buen trabajo hecho por los técnicos de Audi, igualmente eficaces en los refuerzos de carrocería y reglajes de suspensión, porque el coche se mostró muy estable y preciso en todo tipo de curvas enlazadas, mostrando un comportamiento impecable, ágil y deportivo y a la vez, cómodo y silencioso.

La dirección electromecánica es suave y precisa, además de progresiva y en cuanto al cambio, nos gustó mucho —como siempre— el S-Tronic, con los desarrollos muy bien adaptados a la potencia del motor. En el caso del 2.0 TDI, a veces parece que la suavidad de su empuje enmascara su rendimiento, dando la sensación de que el coche no corre, pero la realidad es que corre y mucho, bastante más de lo que parece, sin acusar los 90 kg del peso extra de los refuerzos de carrocería.

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En el lado negativo, nos sorprendió la sonoridad de la «capota acústica», con diversos ruidos y silbidos aerodinámicos a partir de los 100 km/h por culpa de un mal ajuste de los cristales delanteros y traseros. Pese a todo, el nivel de ruido es razonable, sin tener que subir el tono de voz en una conversación normal incluso a 130 km/h. Los frenos y sobre todo su tacto también nos decepcionó un poco, algo esponjoso y falto de mordiente y progresividad, y a ritmo rápido acusamos ciertas vibraciones en la dirección debido a las irregularidades del asfalto.

Ofrecido en dos niveles de equipamiento —Attraction y Ambition—, el A3 Cabrio trae de serie desde el primero 4 airbags (delanteros y laterales), reposacabezas integrados (4), faros elipsoidales dobles y antiniebla, ABS+SAFE en los frenos, y ESP (+ASR y EDS) como control de estabilidad. La dirección Servotronic y el climatizador son igualmente de serie en ambos, lo mismo que la apertura y cierre eléctricos de capota, la rueda de repuesto de emergencia y las llantas de aleación (de 6,5 x 16 en el Attraction, con neumáticos de 205/55 R16, y de 7,5 x 17 en el Ambition, con 225/45 R17). Luego, el Ambition trae ya un equipamiento algo más especial (umbral de puertas en aluminio, suspensión y asientos deportivos, volante multifunción, sistema de información FIS, etc). Está a la venta desde abril.

Versiones del modelo: 'A3'

Audi
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Tno. 93 402 89 67
Garantía: 2 años sin límit