Aston Martin Rapide S

13 febrero, 2013
J. C. BERGER

Un Rapide aún más «rapide»

La marca británica de Gaydon lo definió en su momento como el “sedán más rápido del mundo”. Pero este superdeportivo de Aston empezaba a verse amenazado por las versiones más potenciadas (AMG, M, etc) de sus rivales nacidos como “coupés de 4 puertas”. Y para marcar distancias, lanza ahora esta versión Rapide S con 81 CV más, que suben su potencia a 558 CV.

Básicamente la carrocería del coche no ha cambiado (sin duda, una de las más bellas y estilizadas en 4 puertas que pueden encontrarse en el mercado, si no la que más), con sus impresionantes dimensiones (5,02 m de largo, por 1,96 de ancho –que con los espejos retrovisores llega a 2,01 m- y sólo 1,35 m de alto, como corresponde a un superdeportivo) propias de un coche de su porte, que ostenta la mayor batalla entre los de su categoría (casi 3 metros, 2,99). Los trenes rodantes son también los mismos, con llantas de 20” de diámetro y neumáticos de distinta medida, 295 detrás y 245 delante, ahora con todavía un poco menos perfil (antes 40, y ahora 35), pero la amortiguación inteligente adaptativa (ADS) ha sido retocada para mejorar su respuesta en función de las mayores prestaciones. El peso -dos toneladas en vacío- permanece igualmente invariable. Y eso que bastidor y carrocería son de aluminio… En realidad ha ganado 40 kg, pero sigue estando al filo de los 2.000 (antes 1.950, y ahora 1.990).

Los mayores cambios son los registrados sobre el motor V12 atmosférico, el impresionante 12 cilindros en V de 5.935 cc, diseñado “ex profeso” para él en Alemania y que ahora sube su potencia a 558 CV a 6.750 rpm, frente a los 477 a 6.000 que da en versión normal. Un motor sensacional, con distribución variable a la admisión y el escape, catalizadores metálicos de acero inoxidable y baja contrapresión, y ahora con mayor potencia y par mediante una remodelación de sus árboles de levas (aligerados como el cigüeñal para permitirle llegar mejor a las 7.000 rpm, tope máximo de giro, cuando entra el corte de inyección), compresión aumentada y cámaras de combustión modificadas.

Pese a este aumento se ha logrado rebajar un poco el consumo y las emisiones (un 7% menos, pasando el CO2 de 355 a 332 grs/km) anunciándose un consumo de 13,4 lts/100 km en el promedio combinado europeo, que no está nada mal para un motor de su potencia y cilindrada que ha aumentado un 17% su rendimiento y además no cuenta con inyección directa, sino indirecta. El motor se mantiene en posición central retrasada, para lograr un riguroso reparto de pesos al 50/50, y por supuesto la tracción sigue siendo exclusivamente trasera, con una suspensión sobre dobles triángulos formando paralelogramos deformables en ambos ejes.

El frontal une ahora su parte superior con la inferior (no hay la banda central para la matrícula, que deberá colocarse abajo o a un lado para no romper su estética), se reperfila la tapa del maletero con un minideflector y los pilotos traseros cambian de configuración de luces, mientras que los faros añaden un nuevo diseño interior para la luz de cruce diurna. Pero por lo demás, su carrocería sigue siendo la misma. A un diseño tan logrado sería un pecado practicarle un “restyling”…

El mayor cambio en materia de seguridad es que pese al diseño frontal con la gran toma de aire, se ha conseguido adaptarla (en caso de choque se retrasa) para minimizar los daños en caso de atropello, conforme a las últimas regulaciones en esta materia impuestas por la UE.

Las prestaciones lógicamente mejoran algo, pero siempre dentro de los niveles absolutamente estratosféricos de estos coches, que superan con mucho las limitaciones vigentes (de hecho casi las triplican). Los 303 km/h de velocidad punta del Rapide “normal” pasan ahora a ser 306, mientras que la aceleración de 0 a 100 km/h baja de 5,3 a 4,9 segundos.

El cambio sigue siendo el automático de 6 relaciones Touchtronic 2, situado en el medio del coche, con un árbol de transmisión hueco y muy ligero (es de fibra de carbono) al eje propulsor posterior, dotado de diferencial de deslizamiento limitado y los frenos siguen siendo de discos ventilados de acero (no cerámicos), ganando un poco en diámetro los delanteros (398 mm frente a 390 antes) y manteniéndose en 360 mm los traseros. Eso sí, las pinzas delanteras son de 6 pistones y las traseras de 4, para asegurar la necesaria presión que permita las deceleraciones que exige un vehículo de esta categoría.

En resumen, un Rapide aún más “rapide”, y con el mismo acabado de superlujo ya conocido (cuero, climatización a la medida de cada pasajero, ajustes eléctricos en todos los asientos, faros bi-xenon inteligentes, navegador con acceso a Internet, ESP especial de tres niveles –DSC–, control de tracción, amortiguación de ajuste variable ADS, etc). Lógico por otra parte, si pensamos que se trata de un coche cuyo precio rondará el cuarto de millón de euros. Por ese precio bien se puede esperar un equipamiento de primerísimo nivel, pero sobre todo, se obtiene un diseño y unas prestaciones únicas en el mundo del automóvil.

Aston Martin
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