La gasolinera del futuro será un centro logístico de gestión de pedidos online, conectado digitalmente con el automóvil, que tendrá que responder a las nuevas necesidades de vehículos eléctricos, híbridos, autónomos y compartidos.
En el estudio ‘Energy Journal: el futuro digital de las gasolineras, a la vuelta la esquina’, el líder global en consultoría de gestión Oliver Wyman anticipa cuales serán las necesidades de los conductores en la próxima década. Vehículos conectados, apps y economía colaborativa irrumpen en el sector de la comercialización de carburantes, anticipando que las gasolineras se someterán a un proceso de digitalización que les permitirá comunicarse directamente con el propio automóvil, además de con conductores y consumidores, aunque sin embargo, este último grupo pasará a un segundo plano y gasolineras y automóviles se comunicarán directamente entre sí.
La tercera edición del informe ‘Energy Journal’ de Oliver Wyman analiza los retos y oportunidades del sector energético y profundiza en el futuro de las gasolineras en el capítulo «The gas station’s digital future is around the corner». Según el estudio, se están desarrollando distintos procesos disruptivos que están modificando la relación gasolinera-cliente-automóvil y, por tanto, el modelo de negocio de las estaciones de servicio que deben empezar a adaptarse a esta nueva realidad. La demanda de gasolina ha comenzado a ralentizarse en las economías más maduras y se prevé que la tendencia continúe, debido a que las nuevas generaciones han dejado de soñar con disponer de un vehículo en propiedad. Según el censo de EE.UU., el número de hogares sin vehículo aumentó en 2015 debido al mayor número de personas viviendo en ciudades y la falta de interés por comprar un coche por parte de la generación millennial.
En este contexto, durante los próximos años las gasolineras tendrán que replantear la oferta de servicios para poder ser rentables. Entre otros aspectos, la consultora estratégica prevé la creación de un ecosistema en el que el conductor pasará a un segundo plano, mientras que gasolineras y automóviles se comunicarán entre sí para seleccionar el combustible preferido del conductor, repostar sin que éste se involucre en el proceso y gestionar el pago vía apps integradas en los respectivos sistemas.
Por otra parte, la creciente popularidad de vehículos híbridos y eléctricos promoverá que las estaciones de servicio dispongan de estaciones de carga, como ya ocurre en algunos países de Europa, y se preparen para atender la creciente demanda de gas natural comprimido y licuado.
Según los expertos de Oliver Wyman, el porcentaje de beneficios provenientes de la gasolina y del diésel podría continuar descendiendo debido a la diversidad de servicios y productos ofrecidos en las gasolineras. Se prevé que las estaciones de servicio se convertirán en grandes centros logísticos de gestión de pedidos online. Un concepto de tienda de conveniencia que se expande con la economía colaborativa, en la que se podrá repostar combustible de forma más sofisticada y, además, recoger pedidos que han sido entregados en la estación por un dron.
De acuerdo con el informe, los cambios pueden ir más allá de los servicios que ofrecen las gasolineras, impactando también en la forma en que se utilizan. La consultora estima que en 2035 la hora punta de actividad en una estación de servicio será de madrugada, cuando los vehículos autónomos acudan a repostar de forma automática para estar preparados para los trayectos previstos por los conductores al día siguiente. Adicionalmente, el repostaje podría no tener lugar en las gasolineras, ya que comienzan a aparecer los servicios de combustible por encargo, en los que los clientes pueden solicitar que su pedido sea enviado al aparcamiento de su oficina.
Por otra parte, a medida que los servicios de car-sharing se expandan, las estaciones de servicio también contratarán con más compradores para flotas. En lugar de proporcionar sus servicios a conductores individuales, las redes de gasolineras podrán mantener contratos de largo plazo con este tipo de compañías. Asimismo, los fabricantes de coches autónomos también podrán decidir desarrollar programas de repostaje a largo plazo para sus compradores.
Oportunidades para actores sectoriales.- Este nuevo entorno, según Oliver Wyman, podría generar dificultades de adaptación para algunas estaciones de servicio independientes, sin embargo, representa una oportunidad para aquellos actores dispuestos a afrontar y anticipar el cambio. De hecho, algunas estaciones de servicio ya están experimentando con modelos predictivos y otras innovaciones, como el pago por móvil.
Se espera que en 2022 los coches estén equipados con suficiente conectividad a Internet para que puedan recomendar a sus conductores dónde repostar, así como para efectuar el pago directamente. En el Reino Unido, por ejemplo, compañías como Jaguar y Shell ya están experimentando con capacidades avanzadas de interacción entre estaciones y vehículos.