Aunque General Motors ha calificado de “poco rigurosa y meramente especulativa” la comunicación del CSA (Centro para la Seguridad del Automóvil) ésta no ha dejado de sorprender a la sociedad americana y canadiense, especialmente sensibles a los fallos que afectan a la seguridad de los automóviles. Este centro estima que el fallo de la llave de contacto y arranque que ha afectado a 1,6 millones de unidades de las marcas de GM (Chevrolet, Pontiac, Saturn…) y al que se le imputan 12 muertos, de lo que Motor Mundial ha informado ampliamente, deben imputársele nada menos que 303. Es la cifra que estima CSA después de haber analizado los accidentes sufridos por dos de los siete modelos automóviles afectados. En Europa la repercusión de este fallo sólo afecta a los modelos Opel GT y Chevrolet HHR, siendo muy pocos los coches afectados.
