Prueba: Skoda Spaceback 1.6 TDI 90 CV Elegance

30 junio, 2014
MARIO CHAVALERA

Un compacto honesto y eficiente

A Favor
• ­ Prestaciones honestas
• ­ Espacio y funcionalidad
• ­ Bajo consumo
• ­ Nivel de equipamiento
• ­ Precio atractivo
En contra
• ­ Tacto de los frenos
• ­ Diámetro de giro (con llanta 17”)
• ­ Rumorosidad del motor
• ­ Desarrollos muy largos

 

Surge como variante 5 puertas del Rapid para un público más joven. Funcional, amplio, eficiente y económico, cuenta con una de las mejores relaciones valor/precio del mercado.

Compacto práctico de 4,3 m de largo por 2,60 de batalla (la misma del Rapid y del Seat León, cuya plataforma comparte), no busca la exclusividad ni pretende seducir sólo por la vista, las emociones o las prestaciones. Racionalidad ante todo para arañar algo de la mayor cuota de mercado de Europa, donde 2 de cada 5 coches matriculados pertenecen a esta categoría. De ahí que el sentido común haya imperado en su concepción por encima de otras consideraciones.

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Aunque comparte frontal con el Rapid, el Spaceback es 18 cm más corto, con su carrocería dos volúmenes que, sin llegar a ser la de un familiar, tiene un cierto aire “break” del estilo de los otros 5 puertas compactos del grupo VW, llámense Sportback, Combi, ST, etc. Su imagen exterior es moderna y dinámica y destaca por su amplio portón trasero que facilita el acceso al maletero. Visto de perfil, la tercera ventanilla lateral de custodia aporta distinción y luz al diseño, rematado en nuestro caso por unas llantas de aleación de 17” con neumáticos 215/40 R17, un tanto excesivos para su potencia.

Amplio y robusto.– Uno de sus puntos fuertes está en su generoso habitáculo que, además de amplio resulta acogedor, con plásticos duros pero bien ajustados que responden a un diseño discreto y elegante. Destaca la amplitud de las dos plazas delanteras heredadas del Rapid (lástima que los asientos no tengan mejor sujeción lateral), y sobre todo la de las plazas traseras, tanto en altura como en anchura (entran tres adultos), así como también en espacio para piernas, el mismo que el del Rapid (a pesar de haber acortado la carrocería, pero sólo por detrás). También se aprecia en su interior su carácter ahorrador, pero está bien presentado y ejecutado, con acabados y materiales de buena presencia y tacto.

Los 18 cm acortados de su carrocería se aplican al voladizo posterior, reduciendo la capacidad del maletero de los 550 litros del Rapid a los 415 litros de este Spaceback, que sin embargo gana en aprovechamiento vertical, por lo que cuando se abaten los asientos traseros aumenta su volumen útil hasta los 1.380 litros. Con esos 400 litros largos, el maletero sigue siendo aún bastante grande, con un doble suelo que permite dividir el espacio en dos mitades horizontales y la gran ventaja de ofrecer bajo su plano una rueda de repuesto de tamaño normal estándar (185/60 R15), que aunque no coincida con la monta opcional, es siempre mejor que la “galleta” de emergencia.

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Motor cumplidor, cambio mejorable.– La unidad que hemos probado montaba la versión 90 CV del turbodiesel 1.6 TDI, una mecánica menos brillante que la del 105 CV de igual cilindrada, que da su potencia máxima a 200 revoluciones por debajo de las de su hermano mayor (de 4.400 a 4.200 rpm), y un par máximo con 2 mkg menos respecto al 105 CV. Aún así, sus 90 CV y sus 23,5 mkg entre 1.500 y 2.500 resultan suficientes para un uso normal e incluso con algún tinte deportivo, y eso que con 1.260 kg este Spaceback no es ningún peso pluma. El motor sube rápidamente de régimen hasta alcanzar las 4.200 rpm (su régimen de potencia máxima), y al que se deja oír más de la cuenta (lástima que no se haya trabajado más en su insonorización, sobre todo por encima de las 2.000 rpm).

Al utilizar un cambio de 5 velocidades, los saltos entre marcha y marcha son muy amplios, en concreto, entre 2ª y 3ª, las que más usamos para callejear en ciudad o saliendo de una rotonda sin llegar a detenerse. Pero salta a la menor insinuación desde 1.500 rpm y sube sin desfallecer hasta superar las 4.000 rpm, sin necesidad de reducir de marcha. En cualquier situación y pese a su larga 5ª marcha (50,4 km/h a 1.000 rpm) el motor garantiza suficiente elasticidad, debido a su excelente par y suficiente solidez para soportar una reducción que nos saque de apuros. Para compensar la ausencia de una 6ª, Skoda recurre a una relación más abierta en marchas largas, con una 1ª y 2ª muy cerradas y progresivamente más abiertas de 3ª a 5ª.

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En todo caso son desarrollos muy largos para un coche de 90 CV y tonelada y cuarto de peso, por lo que aunque las prestaciones de este Skoda Spaceback 1.6 TDI 90 CV son honestas, podrían ser mucho mejores con un cambio de marchas de desarrollos más cortos. Así, le cuesta alcanzar su teórica velocidad máxima de 182 km/h a 3.600 rpm en 5ª (más bien la roza, 177), y si lo intentamos con la 4ª, se queda demasiado corta. La aceleración también es la lógica para su potencia y peso, así como las recuperaciones (ver cuadro). Sin embargo el consumo se ve favorecido por su buena aerodinámica y los largos desarrollos: a 90/100 km/h gasta 4,4 l/100 km, entre 120/130 km/h 5,5 l/100 km y en ciudad 5,9 l/100km, lo que nos da una media general de 5,2 litros cada 100 km, lo que no está nada mal.

Comportamiento: ágil y neutro.– Su comportamiento dinámico es como el del Rapid, incluso más directo, preciso y agradable de conducir, pero sin veleidades de elevadas prestaciones, aunque su deportivo diseño se lo merece. El eje delantero tipo MacPherson y el trasero torsional han sido retocados para ofrecer mayor confort. Los frenos delanteros son de discos ventilados, pero los traseros van por tambores, algo que ya no es muy normal entre los compactos.

Al aumentar el ritmo de marcha, se muestra firme y neutro de reacciones, ayudado por las llantas opcionales de 17” y sus neumáticos 215/40, que a cambio de un excelente agarre en seco penalizan su consumo de gasóleo y también sus prestaciones y el diámetro de giro, por no hablar del confort (a ver si se convencen los constructores que en este diámetro y perfil 40 no se puede bajar de 225, so pena de perder mucho confort de rodaje). De todos modos, se muestra equilibrado y sano de reacciones, con una buena calidad de rodaje y menos balanceo que el Rapid.

En curvas enlazadas se muestra ágil y preciso, abordándolas con aplomo y sin desmadrarse el coche en ningún momento, aunque se circule rápido. La nueva dirección de asistencia electromecánica es precisa, tiene buen tacto y con sus 10,9 m de diámetro de giro le permite maniobrar con cierta soltura en ciudad (salvo si monta las llantas de 17”). Quedan los frenos, con discos delanteros ventilados de 287 mm que deben hacer casi todo el trabajo, porque los tambores traseros sólo cumplen en ciudad, alargando bastante las distancias de frenado en carretera.

De los tres niveles de acabado ofrecidos por Skoda, este Spaceback 1.6 TDI 90 CV disfrutaba del más alto (Elegance), aunque también se ofrece en el medio Ambition y el básico Active, más lógicos para su potencia, ya que el básico Active incluye ya de serie 6 airbags, aire acondicionado manual, radio con MP3, ESP, respaldo trasero abatible 1/3 -2/3, retrovisores eléctricos, luz de cruce diurna, faros antiniebla, cierre centralizado, etc. Y eso al precio de 20.850 euros, sin las ofertas de la marca ni del plan Pive que aplicadas pueden reducir considerablemente el precio (hasta el entorno de los 17.000 euros).

Luego, en opción hay elementos como el techo panorámico de vidrio, los faros de xenon, alerón posterior, volante multifunción forrado en piel, climatizador… Por eso quizá resulte más sensato para este coche y este nivel la versión 1.6 TDI 105 CV (21.550 euros) que con climatizador, faros direccionales, y muchas de las opciones del Ambition y Active como equipo de serie, sale con las ayudas y promociones por unos 19.000 euros.

Versiones del modelo: 'Spaceback'

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