Prueba: Kia Stonic 1.0 T-GDI 120 Drive

4 mayo, 2018
FRANCIS FERNANDEZ
Atractivo, práctico y competitivo
A FAVOR EN CONTRA
Look atractivo Suspensión algo dura
Equipamiento de serie Plásticos mejorables
Comportamiento rutero Accionamiento cambio
Dirección agradable Maletero algo justo
Precio competitivo

El nuevo Kia Stonic con el motor gasolina 1.0 T-GDI de 120 CV se posiciona en lugar destacado como una interesante alternativa dentro del segmento B-SUV (todocaminos urbanos), últimamente tan en boga.

Casi todos los constructores generalistas tienen un modelo de estas características, para lograr quitar parte de las ventas a los franceses Renault Captur y Peugeot 2008, líderes de este segmento, donde los coreanos Kia Stonic y Hyundai Kona aportan su aire juvenil y grandes garantías, junto con buenas cualidades dinámicas.

En sus solo 4,14 m de largo (hay competidores que alcanzan hasta 4,30 m), lo primero que destaca del Kia Stonic es el diseño exterior atractivo y juvenil, con personalidad en el diseño y opción de pintura bitonal que le otorgan una imagen enormemente personalizable, gracias a la posibilidad de combinar los colores exteriores con los acabados de interior (hasta 20 combinaciones).

Prueba Kia Stonic: diseño desenfadado

Con un diseño original y más estilizado de lo normal en un SUV, la trasera resulta un poco más discreta, aunque en su conjunto logra presentar un modelo muy juvenil, adornado con una amplia combinación de pinturas exteriores y coloridos acabados en su interior.

Y ya que hablamos de este, su salpicadero presenta un diseño sencillo pero con un toque desenfadado, con la pantalla táctil multifunción central delimitada por abajo por un embellecedor personalizable a juego con el de la consola central. Los plásticos del salpicadero no han sido elegidos para destacar demasiado (los costes obligan), pero podrían haber mejorado con un plástico semi-rígido de mayor calidad (esto no es nada que no afecte también a otros rivales en este segmento). Pero a pesar de este detalle, el conjuntado interior del Kia Stonic me ha gustado.

En cuanto a su habitabilidad, es suficientemente ancho para que dos adultos (o tres niños) viajen con comodidad atrás, aunque el espacio para piernas en las plazas traseras es algo justo y su altura al techo limitado. Los respaldos se abaten en dos mitades (1/3-2/3), pero no terminana de dejar el suelo plano.

Si hablamos de maletero, sus aprovechables 352 litros de capacidad (sin contar con el espacio para la rueda de repuesto, que la lleva), está en la línea con sus rivales, pudiendo ajustar la bandeja inferior en dos alturas. En este sentido, el Citroën C3 Aircross con prácticamente la misma longitud alcanza los 410 litros.

Prueba Kia Stonic: sensaciones al volante

El puesto de conducción, sin ser tan alto como en un todocamino corriente, logra una buena postura. Fabricado en Corea, el diseño y su funcionalidad han sido ideados por y para los europeos, pensando en los detalles de aquí. La ergonomía de los asientos del conductor y su acompañante ha buscado el confort y el agarre suficiente del cuerpo, sujetando de manera óptima piernas y la zona lumbar, si bien la zona alta lateral está desasistida.

En cuanto al motor, este tricilíndrico turboalimentado de 120 CV de potencia, tope de gama en el Stonic gasolina, va acoplado a un cambio manual de 6 velocidades algo duro en su engranaje si lo comparamos con otras cajas manuales de similares características. Si lo comparamos con el Hyundai Kona (con la misma plataforma), no puede montar tracción total, siendo esta una decisión táctica para intentar emplazarlos en diferentes peldaños y evitar su competencia.

En cuanto al comportamiento del motor, a pesar de contar solo con 17,6 mkg, se logran a solo 1.500 rpm (y hasta 4.000 rpm), evitando el trabajo continuo sobre el cambio. Se trata de un motor muy elástico y agradable, aunque si nos empeñamos en subirlo de revoluciones para apurar el régimen de potencia máxima (6.000 rpm), el sonido delatará su condición de tricilíndrico, pecando de la insonorización limitada marcada por el segmento donde milita este modelo ajustado en precio.

El motor tiene un consumo limitado, si bien nos ha gastado dos litros mas de lo homologado (5 l/100 km), subiendo nosotros a 7,0 litros practicando una conducción tranquila tanto por ciudad como por carretera. En este sentido el Kia Stonic no se sitúa entre los mejores de su segmento, sino en la media.

Otro atisbo de dureza se encuentra en las suspensiones, que sin ser incómodas, están pensadas para potenciar su agilidad y reducir el balanceo de la carrocería, ya que en la entrada de las curvas y en los cambios de apoyo apenas inclina, encadenándolas con rapidez también gracias a su precisa y suave dirección. Sus apoyos se consiguen de una vez y no hay que andar con correcciones en medio de la curva, mientras que los frenos cumplen bien su cometido, pasando inadvertidos, lo que es buena señal.

Prueba Kia Stonic: importante pilar para Kia

Respecto a su primo, el Hyundai Kona, la conclusión a la que llegamos es que este Kia Stonic marca ciertas diferencias de gama, añadiendo a su favor la garantía de los 7 años, si bien se enfrenta a una competencia creciente en el segmento B-SUV, con pocas diferencias. A favor cuenta con su bonito diseño personalizable y un comportamiento más ágil de suspensiones.

En cuanto al precio, es muy competitivo para el segmento de mercado donde le toca pelear y el acabado Drive de nuestra unidad, tiene una buena relación precio equipamiento, partiendo de 20.400 euros, que se pueden quedar en unos asequibles 16.220 euros si financiamos con la marca.

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