Peugeot Quartz concept

16 enero, 2015
J. C. BERGER

El futuro 3008

Todo indica que este Quartz bien podría ser el anticipo del futuro Peugeot 3008, ahora que Mitsubishi se ha retirado de la colaboración con PSA en el desarrollo de su SUV de gama alta. Entre coupé y todo terreno, este SUV tiene motorización híbrida y prestaciones de superdeportivo.

De entrada, el Quartz constituye una fusión de carrocería SUV y estructura de berlina, realizado sobre la plataforma EMP2 que monta el 308, con un formato casi compacto (4,5 m de largo por 2,06 m de ancho) y sobre unas impresionantes y exageradas llantas de 23” calzadas con neumáticos de 305 mm de ancho, con un sofisticado diseño en 5 aspas lleno de aristas, concebido para canalizar el máximo flujo de aire a los discos de freno.

Peugeot QUARTZ_1409STYP008 [400x267]

Un poco como en el Exalt, Peugeot recurre a reforzar su espectacular diseño con nuevos materiales, como la fibra de basalto en salpicadero y consola (que en su día dará paso a la más normal de carbono, ya que la de basalto ni es más fuerte ni más ligera) y tapizados textiles obtenidos mediante procesos digitales, piel jaspeada, etc.
Su aspecto exterior recuerda un poco al Infiniti FX, con unos faros rasgados de diodos y unas “branquias” abiertas a los lados del capó. La parrilla frontal luce el logo del león y cuenta con una pintura especial que varía su tono en función de lado por el que se mire (del negro al naranja), y los retrovisores exteriores adoptan (otro rasgo común con el Exalt) un diseño estrecho, con cámaras integradas que proyectan la imagen en la pantalla situada en medio del salpicadero.
Por detrás, presenta un diseño muy anguloso y un tanto barroco, con los grupos ópticos decorados por pequeñas lamas cromadas verticales, un aparatoso escudo inferior (con dos en las esquinas, para repetir simetría con las tomas delanteras laterales) y dos deflectores superiores sobre la luneta (con la tercera luz de freno), complementados por una aleta superior de techo. Y como en los últimos “concept” de Peugeot, muestra una pintura bicolor, con la mitad delantera de la carrocería en un tono gris mineral, y la trasera en negro mate. Son rasgos de “concept” que desde luego, no veremos en el modelo final de calle.
El puesto de conducción es de lo más futurista, denominado por la marca como Peugeot i-Cockpit, y cuenta con una pantalla virtual de gran formato configurada como un “head up display” a través de un panel transparente de policarbonato inclinado a 45º que permite ver los datos con efecto de relieve y otra pantalla orientada al conductor y junto a ella las conocidas teclas digitales (“toggles switches”). El volante, cuadrangular y pequeño, tiene una forma un tanto tortuosa por abajo, y la zona central bajo la consola presenta un diseño asimétrico no precisamente muy práctico. La configuración interior es sólo de 4 plazas, con cinturones de arnés (4 puntos) en los 4 asientos, y retráctiles en sus 4 puntos de anclaje, para que no cuelguen cuando no se usan.
El capó oculta el motor comodín en gasolina de la marca, el 1.6 THP turbocomprimido y con inyección directa, declinado aquí en una de sus versiones más potentes (ya vista en el RCZ-R) con 270 CV, o sea con una potencia específica de casi 170 CV/litro, una de las más altas del mercado. Asociado a un cambio automático de 6 velocidades, entrega 33,7 mkg de par, que se unen al de los dos motores eléctricos de 85 KW cada uno (115 CV), de cuya unión nace una potencia total conjunta de 500 CV. Los motores eléctricos se reparten entre los dos ejes, uno a continuación del motor térmico sobre el eje delantero, y otro independiente sobre el trasero.

Peugeot QUARTZ_1409STYP010 [400x267]

Las baterías son de ion-litio, a 400V y por supuesto, además de la recarga térmica y dinámica, cuenta con toma de enchufe para recarga doméstica o externa, como híbrido enchufable que es (plug-in). El Quartz dispone así de tres modos de conducción: uno totalmente eléctrico (ZEV) que le permite una autonomía máxima de hasta 50 km en este modo “cero emisiones”; otro (Road, ó carretera), que utiliza el motor 1.6 THP y el eléctrico delantero, pero conservando la carga de las baterías; y un tercer modo (Race, o carrera), en el que combina los tres motores repartiendo el par motriz en función de la adherencia de las ruedas y buscando ofrecer las máximas prestaciones con la ayuda del diferencial de deslizamiento limitado (como en el RCZ-R).
En cuanto a suspensiones, este Quartz “concept” monta un esquema clásico con eje McPherson delantero y multi-brazo trasero, en lugar del semitorsional del 308, pero con la novedad de adoptar una suspensión neumática que permite modificar la altura libre al suelo entre 30 y 35 cm, francamente alta incluso para un SUV, variación que además se produce automáticamente, a través de un lector óptico de la carretera, interconectado con cámaras al sistema de navegación, que permite anticipar los cambios detectados sobre el piso de la calzada.
Evidentemente, el futuro 3008 de calle prescindirá de la mayor parte de componentes de ensayo que ostenta este Quartz , como laboratorio rodante que es. Pero con unas ruedas más normales, menos adornos “globeros” por la popa y un diseño interior más clásico, no es difícil ver en él las formas del futuro SUV medio de Peugeot, que siguiendo la política anunciada por la marca del león, nacerá ya híbrido.

Galeria de fotos