Mercedes Clase B (Primer contacto)

28 noviembre, 2011
G. ROMERO-REQUEJO M.

Bajo una línea exterior aparentemente continuista, el Clase B es un monovolumen totalmente nuevo, más funcional y aerodinámico, y con mayor agilidad de conducción, la propia de un turismo.

El nuevo Clase B utiliza la nueva plataforma compacta de 2,70 m de batalla (se abandona el concepto “sandwich”), que la marca empleará en hasta cinco nuevos modelos. Entre ellos se incluyen el nuevo Clase A (ahora sólo con 5 puertas), un todocamino o SUV pequeño y un coupé de 4 puertas al estilo del CLS. Además, el Clase B añadirá una variante híbrida denominada “E-Cell Plus”, que combina un motor de 3 cilindros a gasolina sobrealimentado (68 CV) con otro eléctrico de 136 CV (95 CV en régimen continuo). Esta versión híbrida podrá recorrer hasta 100 km en modo eléctrico gracias a sus baterías de ion-litio situadas bajo los asientos traseros, junto al depósito de combustible en lo que la marca llama “Energy Space”.

Su nuevo diseño le otorga un aspecto más actual, dinámico y atractivo, con un estilo parecido al anterior, donde la nueva plataforma tiene una batalla 8 cm más corta que la generación saliente, pero crece 8,6 cm en sus voladizos (4,5 cm delante y 12 cm detrás). Esta circunstancia, unida a una disminución considerable de altura (casi 5 cm), le confiere una imagen más próxima a lo que la marca denomina Sports Tourer, entre monovolumen y familiar SW. De hecho, el nuevo puesto de conducción se sitúa 8,6 cm más bajo que antes, dando más sensación de turismo que de monovolumen.

Su menor altura ha propiciado una reducción considerable del coeficiente de resistencia aerodinámica Cx hasta 0,26 (récord de su segmento) e incluso lo baja a 0,24 con el paquete ECO opcional. Circunstancia que se refleja en las diversas patentes registradas por la marca como los “spoilers” dentados en los pasos de rueda y otros muchos detalles como la circulación del aire tras las ruedas delanteras, el diseño de bajos y la conducción del aire de refrigeración.

Si la sobriedad de diseño y materiales en el interior era la seña de identidad de la primera Clase B, el nuevo salpicadero (sencillo pero con detalles vanguardistas) con elegantes y sobredimensionados difusores de aire tipo turbina (inspiradas en el SLS) y la pantalla “emergente” del navegador (5,2 ó 7 pulgadas), dan la sensación de encontrarnos ante un Mercedes de superior categoría. Lástima que la mejora de la calidad de plásticos se vea algo enturbiada por su color, muy oscuro, aunque hay cuatro paquetes de equipamiento (“Chrome”, “Sports”, “Exclusive” y “Night Package”) para personalizar al gusto de cada uno las molduras y acabados interiores.

El nuevo modelo sustituye el tradicional freno de mano de palanca por otro eléctrico por botón, lo que ha permitido añadir un compartimento portaobjetos con conexiones de comunicación (tomas Aux y USB) dentro del apoyabrazos. Además, se puede ganar otro hueco portaobjetos si se opta por el nuevo cambio automático 7G-DCT, al prescindir de la palanca por un selector de marchas tras el volante.

A pesar de su batalla recortada en 8 cm, la habitabilidad interior iguala la ya muy buena del anterior Clase B, ganando incluso algo de espacio en altura para las cabezas, sobre todo delante (+2,4 cm). Con la misma anchura de vías (delantera y trasera de 1,55 m), y a pesar de la ganancia de casi 1 cm en el ancho de la carrocería, las cotas interiores de anchura prácticamente son idénticas.

La única variación la encontramos en las plazas traseras, con una ganancia (1 cm) de espacio para piernas aunque se acorta la banqueta en 2 cm de largo. Por otra parte, al descartar la estructura sándwich se ha podido bajar el suelo que ya no es plano (las rodillas ya no van sobreelevadas). Sin embargo, al surgir el túnel de transmisión bajo una plaza central poco mullida, su empleo sólo es útil en desplazamientos no muy largos.

Pese al incremento del voladizo trasero, el maletero se permite perder 58 litros respecto al modelo anterior que ya era muy grande, pasando a cubicar 486 litros. Pero se ganan 4 cm más de ancho entre pasos de rueda y al abatir los respaldos de los asientos traseros se aumenta ligeramente la capacidad máxima hasta 1.545 litros (+15). Conscientes de la importancia del espacio útil en este modelo, bajo el maletero hay un segundo nivel de unos 7 cm de alto (72 litros) que puede aprovecharse para rebajar el piso (maletero regulable en altura) e introducir objetos de mayor altura, prescindiendo claro está de la rueda de repuesto (de serie sólo trae “kit” antipinchazo).

En opción se pueden montar también neumáticos “Runflat” de última generación (con los inconvenientes que conllevan). Además, la gestión de la carga puede mejorarse con el sistema opcional Easy Vario Plus (desde 650 euros), que permite abatir el asiento del acompañante (facilita transportar objetos de más de 1,80 m) y desplazar longitudinalmente por partes (1/3-2/3) la banqueta trasera hasta 14 cm, aumentando la capacidad de 488 a 666 litros. Bajo esta capacidad máxima, el espacio para piernas de la 2ª fila queda muy exiguo, apenas para que un niño pueda sentarse.

En cuanto a las mecánicas, hay renovación total y Mercedes ha recurrido al “downsizing”, la inyección directa de 3ª generación y el sistema start-stop en sus motores gasolina y diesel, para disminuir consumos y emisiones. Los propulsores se configuran a partir de los bloques de 4 cilindros ya conocidos en gamas superiores situados por primera vez en posición transversal, aunque también pueden montarse longitudinalmente.

En gasolina se recurre a un único 1.6 turbo (122 y 156 CV), que gracias a una afinada gestión electrónica son capaces de ofrecer un alto par máximo de 20,4 y 25,5 mkg respectivamente a sólo 1.250 rpm, por debajo incluso que la mayoría de los diesel más modernos. Al igual que los gasolina, los diesel sufren una reducción de cilindrada a 1,8 litros (derivan de la Clase C), desarrollando 109 CV (B 180 CDI) y 136 CV (B 200 CDI), con un par máximo de 25,5 mkg a partir de 1.400 rpm y de 30,6 mkg desde 1.600 rpm respectivamente. Más adelante la gama se completará por arriba con las motorizaciones más potentes 2.2 CDi (170 CV) y 2.0 T (210 CV).

En este primer acercamiento al modelo pudimos comprobar la suavidad y progresividad de las mecánicas de gasolina, muy silenciosas en la zona baja y media de revoluciones, y un poco más sonoras en la zona alta. Con relaciones de cambio muy largas, si ambas versiones salen progresivamente desde 1.000 rpm y se mueven bien a bajas vueltas, el B 180 se muestra más alegre a partir de 3.500 rpm y el B 200 lo hace de forma contundente desde sólo 3.000, empujando con fuerza hasta las 6.000 rpm.

Los diesel tienen en el B 180 CDI su versión más equilibrada, con potencia suficiente, óptimo y agradable empuje por debajo de 1.500 rpm y de ahí ya con fuerza hasta 4.000 rpm, mientras que el B 200 CDI ofrece un empuje superior en la zona alta de revoluciones.

En cuanto a ruido y vibraciones, han sido reducidos de manera considerable gracias a los nuevos anclajes hidráulicos al chasis (hasta 4) del grupo motorcambio, con un confort de marcha ya digno de la marca de la estrella. Todas las motorizaciones permiten el cambio a marcha superior por debajo de 2.000 rpm, y aguantan a bajo régimen sin vibraciones ni amagos de ahogarse (incluso los gasolina a 1.200 rpm), con consumos realmente contenidos. En este sentido consumos y emisiones se reducen drásticamente, llegando los diesel a eludir el impuesto de matriculación con equipamientos básicos con 114 g/km de CO2 (4,4 l/100 km) y estar en el primer tramo impositivo en gasolina con 137 g/km de CO2 (5,9 l/100 km).

Acopladas a los motores se encuentran modernas, compactas y ligeras cajas manuales de 6 velocidades que pueden sustituirse opcionalmente por la novedosa caja automática de 7 marchas y doble embrague 7G-DCT. Bañada en aceite, dispone de dos bombas (mecánica y eléctrica) que mantienen la presión constante para realizar asegurar el perfecto funcionamiento de la función de parada y arranque cuando el motor se apaga. Al contrario de lo que pudiera parecer, Mercedes ha desarrollado esta caja para transmitir el confort de un cambio automático con la eficiencia de una caja manual (reduce un 9% el consumo respecto a la tradicional de tipo CVT), pero no su rapidez… al menos en modo manual. De hecho, se comporta como sus tradicionales cajas automáticas, que priorizan el confort a la velocidad de engranaje. En modo Eco y Sport funciona de manera agradable y suficientemente rápido, primando una conducción ahorrativa en modo Eco y subiendo más de revoluciones la Sport. En modo M, responde lentamente al accionamiento de las levas y no permite (como la competencia) subir o bajar dos marchas de golpe, si no que hay que esperar a que engrane una marcha para volver a accionar la leva que indique un segundo cambio. Desde Mercedes se asegura que en la Clase A se modificará el software para ganar en rapidez.

El incremento del dinamismo del nuevo Clase B se hace evidente gracias a la combinación del centro de gravedad rebajado con el nuevo esquema de suspensiones, con eje McPherson delantero y trasero de 4 brazos, proporcionando mayor confort a los ocupantes con menos balanceo de carrocería. A ello también contribuye la nueva y acertada dirección electromecánica con servodirección paramétrica variable, cómoda y con cierta resistencia al giro, que es uno de los puntos fuertes de esta nueva Clase B. Si se elige el tren de rodaje deportivo, la altura disminuye 2 cm, se reduce aún más el balanceo y todavía nos queda un buen nivel de confort. Además la dirección es más directa y mantiene una buena regulación de dureza, con lo que se le puede sacar aún más partido al excelente chasis.

Esta nueva Clase B se beneficia de un mayor equipamiento de seguridad de serie, heredado de segmentos superiores, como la alerta por cansancio, 7 airbags (incluido el de rodillas del conductor), pretensores y limitadores de esfuerzo de cinturones de seguridad también en los traseros, y el asistente de prevención de colisión basado en un radar con servofreno de emergencia adaptativo que reduce el riesgo de sufrir accidentes por alcance.

En opción quedan los airbags laterales traseros, el sistema preventivo de protección de ocupantes (Pre-SAFE, con pretensores delanteros reversibles de cinturón y función de cierre de elevalunas), el control de velocidad adaptativo Distronic Plus, la alerta de cambio involuntario de carril (mediante vibración del volante) y el avisador de ángulo muerto.

Ya a la venta, los precios se mantienen prácticamente inalterados en los gasolina (pese a las mejoras y al aumento de potencia) y hasta disminuyen en los diesel gracias a la drástica reducción de emisiones, que en los niveles básicos se ven exentos del impuesto de matriculación.

En gasolina los B 180 y B 200 cuestan 26.900 y 28.300 euros respectivamente, mientras que los diesel B 180 CDI y B 200 CDI se quedan en 26.100 y 29.800 euros, trayendo de serie ESP, faros bi-xenon con luz diurna, función de parada y arranque Eco, llantas de aleación y ayuda al arranque en cuesta, entre otras cosas.

Versiones del modelo: 'B'

Mercedes
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Tno. 91 484 60 00
Garantía: 2 años sin límit