Fraude en las emisiones: ahora Mitsubishi en Japón

21 abril, 2016
J. ROBREDO

El fraude en la homologación de emisiones por parte del grupo VW tiene ahora continuidad japonesa con Mitsubishi, aunque de momento de impacto sólo en Japón con sus minicoches denominados k-cars.

mitsubishi-ek-space

En efecto, Mitsubishi (MMC) ha reconocido que al menos 625.000 coches han sufrido unas pruebas de consumo de combustible que «no eran las requeridas por las leyes japonesas», cifra que otros medios nipones suben a 643.000. Todos corresponden a los llamados “k-cars”, los pequeños utilitarios específicos para el mercado japonés (no se comercializan fuera de Japón), con motor de gasolina de un máximo de 666 cc (y no más de 3,2 m de largo) de baja imposición fiscal y que no requieren para su compra disponer de plaza de garaje o aparcamiento (obligatoria en Japón para todos los demás).

El propio presidente del grupo MMC (Mitsubishi Motor Co.) y 6º mayor fabricante nipón, Tetsuro Aikawa, admitió que Mitsubishi falseó los datos de eficiencia energética de estos minicoches durante el proceso de homologación de consumo, de forma que los resultados reflejaran un consumo inferior al real. El falseamiento fue descubierto por Nissan, quien examinó los consumos de combustible y los datos de emisiones y encontró desviaciones graves respecto de sus tablas de referencia. Mitsubishi fabrica para Nissan dos de estos microcoches (el Dayz y el Dayz Roox). Por eso, Nissan solicitó a Mitsubishi una revisión del proceso de homologación para conocer las causas de estas desviaciones, descubriendo el falseamiento de las pruebas para mejorar los datos de consumo y emisiones, basado en algo tan simple como sobreinflar la presión de los neumáticos de los vehículos durante la homologación.

Mitsubishi eK Wagon

Del total de vehículos manipulados, 157.000 pertenecen a los modelos eK Wagon y eK Space, vendidos por la propia Mitsubishi desde marzo de 2013, mientras que 468.000 fueron suministrados desde junio de 2013 a Nissan (los Dayz y el Dayz Roox), de los que como proveedor, MMC era responsable de certificar sus consumos y emisiones. En todo caso se trata de una manipulación menor, que no supone alteración del “software” de control de emisiones, y que sólo afecta a Japón, ya que ninguno de estos modelos se comercializa fuera de aquel país. Pero ante el escándalo desatado (justo cuando tanto Mitsubishi como Nissan preparaban el relevo de la actual generación de “k-cars”), MMC ha anunciado la creación de un comité especial para el estudio de la situación, formado por expertos externos e independientes que publicarán un informe al respecto, al mismo tiempo que ha iniciado una ronda de consultas entre sus filiales internacionales.

Tanto MMC como Nissan responderán ante las reclamaciones de los dueños de estos vehículos, cuya producción y venta ha sido paralizada de momento. Por su parte Nissan está estudiando si exigirá alguna compensación a MMC por este fraude, cuyas acciones cayeron un 15% en la Bolsa de Tokio al cierre de la sesión del martes 19 de abril, llegando hasta el 17% en el transcurso de la misma.

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