Citroën C4 Cactus

30 septiembre, 2013
J. C. BERGER

Nueva tendencia, la línea C
Será novedad en primavera de 2014, cuando surja como evolución definitiva del primer Cactus “concept” mostrado en Francfort 2007. Un C4 simplificado, fruto de una nueva tendencia generalista basada en el minimalismo y la sencillez como modo de abaratar costes y precios (desde unos 15.000 €). Con él se inicia la nueva línea C de Citroën.
Este futuro C4 Cactus coexistirá con el C4, pero de entrada supone un concepto más funcional del automóvil, tendente a suprimir todo lo superfluo para concentrarse en lo esencial, que es lo que encarnarán los Citroën de la futura línea C. Diseño puro y funcional, más aerodinámico y ligero, con sofisticados faros y elementos como los “airbumps”, zonas acolchadas de la carrocería que integran cápsulas de aire para protegerla. Su frontal prefigura el aspecto de los futuros Citroën C, con una superficie lisa donde destacan los “chevrones”, junto a sus volúmenes fluidos con una unión sin ruptura entre capó y aletas y la firma de su luz de cruce diurna por diodos y faros integrados en los “airbumps”, mientras que los grupos ópticos traseros (también de diodos) se sitúan en las esquinas de los anchos “airbumps” que protegen el maletero.

Por dentro, un puesto de conducción liberado agrupa todos los mandos en torno a un “interfaz” 100% digital, con un salpicadero desnudo y sin botones. Los asientos delanteros y traseros están inspirados en los sofás para proporcionar un ambiente confortable y acogedor, y desde el punto de vista técnico se da prioridad a la facilidad de conducción, incluso en su versión híbrida, mediante apoyo de tracción por aire comprimido (Hybrid Air), más barata y sencilla que la eléctrica, y amplia conectividad a través del portal Citroën Multicity Connect. Con una batalla de 2,61m (igual que el C4) y dimensiones compactas (4,21 m de largo, 1,75 m de ancho y 1,53 m de alto) ofrece una cintura alta, con 2/3 de chapa y 1/3 de luna y una gran altura libre al suelo (21 cm) propia de un SUV.
El “airbump” es su rasgo distintivo, insertado en flancos y parachoques, que protege la carrocería en el día a día gracias a su tratamiento “soft” de superficie que resiste roces y arañazos e integra cápsulas de aire que amortiguan los golpes. No hay cristales laterales, luneta trasera ni pilares centrales, lo que invita a descubrir su ingenioso interior, tanto por su arquitectura como por su tratamiento de colores y materiales.

Para aumentar la sensación de espacio interior, el habitáculo se desnuda de elementos superfluos, con un salpicadero delgado y flotante que se libera del suelo al tiempo que ofrece al acompañante delantero un amplio espacio portaobjetos en su zona superior (el airbag correspondiente va situado en el techo). No hay cuadro de instrumentos (sustituido por una pantalla de 7”) ni teclas de función (en su lugar lleva otra pantalla táctil, esta vez de 8”, con acceso a todas las funciones) ni palanca de cambio (reemplazada por un botón selector en la parte baja, y las levas al volante, cuadrangular y multifunción). Por su parte, el techo panorámico transparente ha sido tratado de modo que deja pasar la luz, pero no el calor, eliminando la radiación ultravioleta.
En segundo lugar se ha buscado ofrecer un ambiente cómodo y elegante en materiales naturales. La tapicería mixta emplea dos muy de moda, la piel natural “camel” (curtido vegetal) y un tejido azul “chiné” de algodón. Y en un guiño a la marroquinería clásica, el hueco superior del salpicadero y las manillas de puerta imitan la antigua decoración de los baúles de viaje. Todo muy “concept” y todavía lejos de lo que será el Cactus de calle, que como reivindicador del automovilismo esencial que en su día representó la 2 CV, carecerá de casi todos estos “gadgets” de salón.

Lo que no es un “gadget” ni un adorno estrambótico de “concept” es su nueva tracción híbrida por aire comprimido, la Hybrid Air, que se unirá a unas sencillas motorizaciones básicas de 3 cilindros e inyección directa de gasolina (Pure Tech), con las que logrará rebajar los 3 lts/100 km de consumo. Sin necesidad de baterías de tracción, este sistema presenta un bajo impacto medioambiental y un coste interesante de uso (casi la mitad menos de consumo urbano), con la ventaja de un mantenimiento mínimo y una gran fiabilidad.
Con esta motorización híbrida, un aire menos SUV, ruedas normales y sin los “gadgets” de rigor (techo flotante panorámico, decoración maletera, etc), podemos hacernos una idea de cómo será el C4 Cactus que saldrá el año que viene de la planta española de Villaverde, elegida para su producción en exclusiva (con o sin “airbumps”, que en su caso se limitarán a la protección de los grupos ópticos). Todo dentro de esa nueva filosofía Citroën de automovilismo básico resumida en un triple lema: sencillo de vivir, sencillo de amar y sencillo de compartir (Simple to live, simple to love & simple to share).

Versiones del modelo: 'C4 Cactus'

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