Bugatti Chiron

11 marzo, 2016
JUAN CARLOS BERGER

El nuevo coloso sobre ruedas

Sucesor del Veyron y bautizado con el nombre del legendario piloto francés Louis Chiron (1899-1979) (en realidad monegasco) de los años 30, el nuevo Bugatti Chiron se estrenó oficialmente en el Salón de Ginebra con sus 1.500 CV de potencia y su aura de superdeportivo capaz de alcanzar los 420 km/h. Sólo se producirán 500 unidades al precio de 2,4 millones de euros antes de impuestos.

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Por supuesto que el nuevo Chiron seguirá siendo el coche más potente del mundo y el más rápido, además del más caro… Un coche único del que sin embargo el grupo Volkswagen se guarda mucho de facilitar el coste real de su inversión, que se sigue presumiendo deficitaria ya que los 1.200 millones de euros que valdrán sus 500 unidades (ó 1.400, si contamos el coste de algunas ediciones especiales ya previstas), no bastan para cubrir el coste real de su carísimo proceso de I+D, aunque según la dirección financiera de la marca, la idea es que el Chiron se «autofinancie»… Pero pocos se lo creen.

Teóricamente inspirado en el Bugatti Atlantic (Type SC57) de 1936 (aunque, colores aparte, cuesta encontrar cualquier parecido), el nuevo Bugatti Chiron es más alto y ancho que el Veyron, lo que le permite ofrecer más espacio interior, sobre todo para piernas así como en altura para las cabezas (+1,2 cm) junto a una mayor ergonomía. Mide 4,54 m de longitud, 2,04 m de anchura y 1,21 m de altura.

El motor sigue siendo el W16 de 8 litros de cubicaje, con su disposición de una doble bancada en V estrecha, con 8 cilindros contradrapeados en cada una, alimentados simultáneamente por inyección directa e indirecta (con dos inyectores por cilindro) y soplados por cuatro turbocompresores (dos por bancada) de funcionamiento secuencial, de modo que por debajo de 3.800 rpm sólo funcionan dos y los otros dos empiezan a soplar sobre los anteriores a partir de ese régimen. Así se logran 1.500 CV de potencia a 6.750 rpm y un par máximo de 1.600 Nm (163,2 mkg constantes entre 2.000 y 6.000 rpm). Entre sus novedades destaca el colector de admisión en fibra de carbono, los 32 inyectores, todo el sistema de escape en titanio y un circuito de refrigeración (con sus “intercoolers”, extractores, etc) completamente rediseñado, de tal modo que cada minuto pasan por el motor y los radiadores un caudal equivalente a 60.000 litros de aire y 800 litros de agua…

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La refrigeración ha sido mucho más cuidada en este motor, puesto que si ya en el Veyron resultaba un tanto delicada (porque las necesidades de evacuación de calor podrían variar de uno a diez, en función de la potencia requerida) lo es más en este Chiron cuya increíble planta motriz ofrece un 25% más potencia que la del Veyron. De ahí que trabaje de forma escalonada, aumentando progresivamente el flujo de las bombas de agua y la superficie de los radiadores en función de la energía generada y utilizada en la tracción del vehículo, transmitida a las ruedas mediante el mismo sofisticado reparto de tracción integral a las 4 ruedas a través de una nueva caja de cambios automatizada de doble embrague con 7 relaciones, especialmente diseñada para encajar el impresionante par motriz de su W16 8.0. y perfeccionada con el diferencial de bloqueo electrónico con función “torque vectoring” para repartir siempre el mayor par a la rueda que más agarra.

El más rápido del mundo.- El Bugatti Chiron se presenta de nuevo, como en su día el Veyron, como el coche más rápido del mundo, con 420 km/h de velocidad punta… ¡autolimitada! (de no estarlo, podría superar los 450 km/h…). De todos modos, Bugatti es consciente de que no todo el mundo está capacitado para rodar a estas velocidades, y de hecho la velocidad máxima “normal” es de 380 km/h, que se alcanza en el modo “Handling”. Para poder llegar a esos prohibidísimos 420 km/h hay que girar una segunda llave de contacto (la “Speed Key«) que da paso al modo “Top Speed” que permite acceder a esa hipervelocidad (tal y como venía sucediendo también en el Veyron).

Con todo su bastidor en fibra de carbono, su peso final roza las dos toneladas (1.995 kg), o sea 155 kg más que el Veyron, lo que dados sus 300 CV “extra” no es óbice para que anuncie las máximas aceleraciones sobre un vehículo terrestre; Bugatti anuncia 2,5 segundos para cubrir el 0-100 km/h, y 6,5 para pasar de 0 a 200 km/h, y el 0 a 300 km/h en menos de 13,6 segundos.

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Sus neumáticos son igualmente únicos, fabricados por Michelin y probados en instalaciones aeroespaciales. Sus medidas (285/30 R20 en las ruedas delanteras y 355/25 R21 en las traseras) pasan a un segundo plano ante su nivel de exigencia. Y lo mismo puede decirse de los frenos, directamente tomados de la tecnología de la Fórmula 1, y cuyos discos no son carbocerámicos sino de carburo de silicio (CSIC), un material más ligero aún y con mayor resistencia a la corrosión. Miden 420 mm (sí, 42 cm, un tamaño impresionante) de diámetro los delanteros y 400 mm los traseros, o sea 2 cm más de diámetro que los del Veyron (y 2 mm más gruesos), con pinzas especiales fabricadas en titanio con ocho bombines en las del eje anterior y seis en las del posterior. Así se explican sus tremendas deceleraciones, deteniéndose en seco a 100 km/h en menos de 32 m, y en 125 m si rueda a 200 km/h… Incluso a 300 km/h el Chiron se detiene en 275 m.

Una silueta llena de virilidad.- Estéticamente no resulta tan distinto del Veyron, sobre todo de perfil. De frente, los faros sorprenden con su línea de 4 diodos de alta potencia por unidad, mientras que la zaga se distingue por sus grupos ópticos unificados en una barra transversal sobre el escudo difusor con su enorme extractor de aire que funciona en combinación con los difusores inferiores. Esta extracción de aire, junto con el alerón posterior variable en cuatro posiciones (como la altura al suelo) es lo que modifica la aerodinámica del coche, junto con su suspensión variable adaptativa que juega con cinco modos de conducción, combinados con la respuesta de motor, frenos y dirección.

Estos 5 modos son Lift, EB Auto, Autobahn, Handling y Top Speed, y han sido concebidos para aprovechar al 100% el rendimiento del Bugatti Chiron. El coche es capaz de ajustar la dureza de amortiguación, la sensibilidad de la dirección asistida, la tracción a las cuatro ruedas, el diferencial trasero o el control de estabilidad en función de cada uno de ellos. El modo Lift o de elevación es el de máxima altura libre al suelo, y está pensado para circular sobre mal piso y también para facilitar su carga sobre un remolque de transporte.

Cuando el coche supera los 50 km/h entra automáticamente en el siguiente modo, EB Auto, y al superar los 180 km/h pasa directamente al nivel Autobahn. El nivel Handling viene a ser equivalente al Autobahn (Highway), pero con una mayor agilidad de respuesta y mayor modificación de los deflectores y alerón aerodinámico, para lograr la máxima agilidad en conducción deportiva sobre circuito.

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En el interior, tenemos un nuevo salpicadero forrado en piel con un cuadro mixto digital y analógico, con tres pantallas TFT y un velocímetro analógico. No hay “head up display” y la información de las pantallas varía según el programa de conducción elegido y la velocidad a la que se circula, de modo que cuanto mayor es la velocidad, más simple es la forma de presentación y lectura de datos, para evitar distracciones. Quizá lo más chocante de este Bugatti Chiron no sea su espectacular potencia (recordemos que hay ya supercoches con más de 1.500 CV, como el Koenisseg Regera, con 10 CV más), al fin y al cabo el Veyron nació con 1.001 CV y las últimas series especiales estaban ya en los 1.200 CV. Pero sí sorprende que el grupo Volkswagen no haya apostado por una configuración híbrida para este Chiron (como sí lo han hecho sus rivales, desde el Regera de Koenisseg a los McLaren P1 y LaFerrari, que mueven medio centenar de caballos por debajo). Con una mecánica híbrida, el Chiron podría haber obtenido los 1.500 CV de manera mucho más sencilla, o incluso haber subido hasta los 2.000 CV. Sin embargo, el nuevo Buagatti Chiron se erige como el modelo de producción más potente con motor térmico convencional, aunque este adjetivo no tenga mucho sentido en un vehículo tan aeroespacial como este.

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