Monovolumen y tracción

Es el primer monovolumen deportivo de la marca y también el primer coche de tracción delantera. Ya está a la venta desde 28.500 euros con motores de tres y cuatro cilindros, gasolina y diesel de 136, 231 y 150 CV respectivamente.

Era inevitable que la marca bávara se subiera al carro del monovolumen. Era un hueco que tenía en su gama por lo que tarde o temprano tenía que lanzar su primer modelo en este segmento. Puede que haya tardado, pero lo cierto es que llegado el momento, ofrece muchos argumentos, destacando por su espaciosidad, versatilidad y funcionalidad, además de por el dinamismo consustancial a todos los productos de la marca de Baviera. En definitiva, un monovolumen «premium» que competirá con el Mercedes Clase B principalmente aportando un compromiso seductor entre la vida familiar y el placer de conducir.

Monovolumen con filosofía BMW.- Como punto de partida, los técnicos han tomado como base su plataforma modular que ha de dar paso a otras versiones como la de siete plazas que verá la luz el próximo año con un incremento de medidas o una versión híbrida plug-in. El objetivo: crear un coche versátil pero muy dinámico y ateniéndose a estas premisas optaron por la tracción delantera. Los ingenieros reconocen que la experiencia de Mini en tracción delantera les ha sido muy válida y, por otro lado, este tipo de tracción permitía ganar espacio interior manteniendo unas medidas compactas.

El Serie 2 Active Tourer mide 4,34 metros y en su imagen se mantienen las líneas angulares combinadas con formas más redondeadas que caracterizan junto a los pliegues de la chapa a los últimos modelos de la marca; la distancia entre ejes es de 2,67 metros y aunque la altura se sitúa en 1,56 metros, la verdad es que se ha mantenido la distancia al suelo de la versión berlina para que no pierda en dinamismo. La zaga está bien resuelta con un portón que incluye de serie el accionamiento eléctrico con función automática y el Cx es muy bajo (0,26).

Gran Amplitud.- El acceso al interior es fácil gracias al ángulo de apertura de las puertas (65º) y dentro salta a la vista la alta calidad de materiales y el buen acabado con el que BMW tiene acostumbrados a sus usuarios. Se ha buscado practicidad y funcionalidad en un espacio que es amplio en todas sus plazas. Los ocupantes de las traseras disponen de mucha altura libre al techo y también de espacio longitudinal para las piernas. El plegado de los asientos traseros es 40/20/40; por otro lado, la banqueta puede desplazarse longitudinalmente hasta 13 centímetros (60/40) con lo que se consigue regular la disponibilidad de espacio para los pasajeros o el volumen del maletero.

La capacidad del maletero no es que sea un récord en su categoría pero no está nada mal y va de 468 a 638 litros en función de la posición de la banqueta y de la inclinación del respaldo, y ya abatiendo todo el respaldo trasero, lo que puede hacerse desde el maletero o desde el habitáculo, se llega a 1.510 litros, configurando una superficie casi plana; además el respaldo del asiento del acompañante puede abatirse y eso permite poder cargar objetos de hasta 2,40 metros de longitud, mientras que debajo del piso de carga hay un hueco de 70 litros de capacidad con una bandeja compartimentada.

La posición de conducción es muy parecida a la de una berlina, con el volante en posición vertical y la consola central ligeramente orientada hacia el conductor (8 grados). El freno de mano es eléctrico, con lo que deja más espacio libre en la consola, que deja un práctico hueco entre los mandos de la climatización y los del equipo de audio. Y no hay mesitas abatibles detrás de los respaldos delanteros pero sí bolsas portaobjetos.

Variedad de motores.- De momento, la marca inicia la comercialización con dos acabados (Sport Line y Luxury) y tres motores (dos de gasolina y un diesel) montados en posición transversal. En gasolina la oferta está en el tricilíndrico 218i de 1,5 litros (el mismo que equipa el Mini), que rinde 136 CV a 4.400 revoluciones con un par máximo de 22,4 mkg a 1.250 vueltas. Va asociado a una caja de cambios manual de seis marchas aunque en opción también puede ir con la caja automática Steptronic de seis velocidades y tiene un consumo medio homologado de 4,5 litros y unas emisiones de 115 gramos de CO2 por lo que queda exento de impuesto de matriculación. El otro motor gasolina es el 225i, un cuatro cilindros de 2 litros sobrealimentado que con 231 CV a 5.000 revoluciones y un par máximo de 35,7 mkg entre 1.250 y 4.500 rpm es la versión más potente de la gama. Va asociado a una caja automática de ocho velocidades y su consumo homologado es de 5,8 litros.

En diesel por ahora la oferta se centra en el cuatro cilindros de 2 litros que ofrece 150 CV a 4.000 vueltas. A finales de año está prevista la llegada de un motor gasolina, 220i, y dos diesel, 216d y 220d, así como las variantes con tracción total xDrive para los 220d y 225i Active Tourer.

Buen comportamiento.- Pese a que la luna de custodia delantera ayuda a la visibilidad, el pilar A, por su posición adelantada estorba la visión en algunas circunstancias, lo que apreciamos desde nuestro primer contacto, que empezó con el 218d Active Tourer con cambio manual de seis marchas. La dinámica del coche es muy buena, rodando con buen aplomo y sin reacciones raras, en tanto que el motor nos convence por suavidad y empuje desde 1.500 rpm (lo hace hasta 4.500 rpm), contando además con un buen aislamiento que encapsula el sonido y las vibraciones del motor al interior del habitáculo, moviendo enérgicamente al Active Tourer en modo Sport, pero siendo muy utilizable en los modos Confort y Eco Pro del selector Driving Experience Control.

La nueva caja manual de 6 velocidades es más precisa y rápida (con menor recorrido de palanca), bien ajustada de relaciones y además simula el doble embrague en las reducciones al insertar la marcha inferior con un toque de inyección, con lo que se garantiza una mayor longevidad del embrague al evitar el resbalamiento, sin embargo perdemos el efecto instantáneo del freno motor en reducción.

Otro recorrido se hizo con el 225i con el cambio automático Steptronic y con una conducción más deportiva, quedó patente el buen trabajo realizado en materia de chasis y suspensión que absorben bien las irregularidades y transmiten un buen confort de marcha. No obstante, nos dio la impresión de que cuentan con bastante recorrido de muelles, y aunque son muy efectivas producen oscilaciones de carrocería en apoyos fuertes, con lo que los conductores más ágiles encontrarán en la suspensión M opcional (10 mm más baja, reglajes más duros y estabilizadoras más gruesas) el ajuste perfecto.

La caja automática de 8 velocidades para los motores de 4 cilindros es una buena opción a considerar por su rapidez, comodidad y ajustados consumos, y además, si se equipa el navegador, se incluye la función Connected Shift que siempre que no se vaya en modo manual o Eco, identifica las curvas y reduce a la velocidad más adecuada al levantar el pie del acelerador.

Por último, en el silencioso 218i de gasolina es muy difícil percatarse de que se trata de un 3 cilindros (que también estrena este coche), resultando suficiente para moverse con agilidad. Con un funcionamiento parecido al de un motor diesel (par máximo de 22,4 mkg a 1.250 rpm), es incluso parco en consumos (homologa 4,9 l/100 km), empieza a responder con fuerza desde 1.500 rpm de forma lineal, aunque si lo cargamos a tope y partiendo de 1.400 kg de peso en vacío, podría llegar a comprometer un tanto su magnífico comportamiento.

El Active Tourer 218i tiene un precio de 28.500 euros, el del 218d es de 30.300 y el del 225i es de 38.600 euros.